Según sus cálculos, esto comportará un costo económico muy elevado, de hasta 4 billones de dólares al año, una cifra similar al PIB de Alemania.
La ciencia, sin embargo, ha avanzado en la búsqueda de remedios y desarrollado una nueva generación de medicamentos. Estos nuevos tratamientos permiten pérdidas de peso mucho más importantes que los anteriores, con menos efectos secundarios (como diarreas o náuseas). También ayudan a tratar la diabetes y reducen los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
Sensación de saciedad
Con estos medicamentos se imita una hormona segregada por los intestinos (GLP-1), creando en el cerebro la sensación de saciedad que da la comida. La farmacéutica estadounidense Eli Lilly y la danesa Novo Nordisk aumentaron de manera significativa sus ventas durante el segundo trimestre de este año gracias a moléculas que estimulan la pérdida de peso.
Después de que Eli Lilly confirmara que su medicamento contra la diabetes, el Mounjaro, también sirve para perder peso, su facturación de ese producto se acercó a los 1,000 millones de dólares en el periodo abril-junio.
Y la cifra podría dispararse aún más si la agencia estadounidense de medicamentos (FDA) autorizara este año el Mounjaro como una molécula específica contra la obesidad, en un país donde el 40% de la población sufre sobrepeso.
"La terapia será, sin duda, una alternativa a la cirugía bariátrica, dado que Mounjaro permite una pérdida de peso similar", asegura Akash Patel, analista farmacéutico en GlobalData.
Fuerte demanda
El futuro también parece igual de radiante para el laboratorio danés Novo Nordisk. Un estudio mostró esta semana que su tratamiento contra la obesidad Wegovym, cuyas ventas se cuadruplicaron durante el segundo trimestre, reduce en un 20% el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares.
No obstante, "una de las principales barreras que tienen los pacientes para acceder a estos medicamentos es su coste", explica la asociación estadounidense de farmacéuticos.
Una inyección subcutánea una vez a la semana de uno de estos fármacos cuesta más de 10.000 dólares anuales.
Según los expertos, una manera de reducir su precio sería proporcionarlo a través de pastillas.
Eli Lilly y la también estadounidense Pfizer ya intentan desarrollar remedios de este estilo.
Los inversores calculan que estas pastillas contra la obesidad podrían generar un mercado mundial de hasta 54,000 millones de dólares de aquí a 2030. Y eso alimenta el interés de los laboratorios para desarrollar este remedio.