Uno de los picos más altos en la dinámica se registró en marzo del año pasado, un mes después de iniciada la guerra en Ucrania y cuando los mercados se llenaron de nerviosismo por el temor de una escasez para suplir al mercado europeo.
México es naturalmente el principal mercado de exportación del gas estadounidense: como parte de la política energética de anteriores sexenios se construyó la infraestructura –gasoductos– para aprovechar los bajos precios de la molécula estadounidense, que vivió un abaratamiento en sus costos después de que el fracking se convirtió en una manera más usual de explorar los hidrocarburos. Pero ahora, el exceso de producción en el sur de Estados Unidos y la necesidad de diversificar la matriz energética de Europa y Asia han traído una nueva oportunidad de negocio a la industria estadounidense.
Datos de la consultora Refinitiv muestran que 46% de las exportaciones de GNL tienen como destino Europa, 36% Asia y sólo 10% Latinoamérica. Las exportaciones de Europa crecieron un 68.9% durante el año pasado.
“Cuando Europa ya no pudo comprar gas a Rusia se creó un incentivo natural para dos cosas: para que Estados Unidos ampliara su capacidad de exportación y para que Europa ampliara su capacidad de importación. Estados Unidos no puede consumirlo todo –el gas que produce–, hablando solo de la demanda interna, entonces con lo que ha pasado, se ha abierto hacia ese lado del mundo, aunque ha decir verdad nadie estaba preparado”, dice Adrián Calcaneo, el vicepresidente para el mercado energético de OPIS, de Dow Jones.
La historia de las exportaciones estadounidenses de GNL está relacionada con el desarrollo del gas esquisto o de lutita –que se obtiene mediante fracking– que ha llevado a la producción de gas natural abundante y barato, que ha satisfecho el mercado estadounidense y el mexicano. Y ahora, la guerra en el este de Europa y la necesidad de combustibles de la industria asiática ha generado el interés en convertir instalaciones de importación de gas subutilizadas en terminales de exportación y en la construcción de proyectos de exportación.
Y con lo acontecido en los primeros meses del año, Estados Unidos ya se convirtió en el primer exportador del combustible por encima de Australia y Qatar. El convertirse en el principal exportador lo ha logrado en sólo seis años.
Europa tiene precios de importación por encima de los del este de Asia, un mercado que ya era usual antes de la guerra y también por encima de los precios que se pagan en México, el mercado natural de importación.
México también busca posicionarse como participante en la exportación de gas natural licuado, con instalaciones al norte del país. Mexico Pacific Limited, que construye una terminal en Sonora, ya ha anunciado la firma de un contrato de venta a la compañía china Zhejiang Energy, y la estadounidense New Fortress Energy tiene una construcción de tres plantas flotantes de gas natural licuad o en Altamira, Tamaulipas. Todo el gas exportado tendrá como origen Estados Unidos.