La fiebre por el litio, el metal ligero que se utiliza en la fabricación de baterías eléctricas, parece estar llegando a su parte final o al menos eso es lo que indica la cotización de la materia que desbordó a los mercados hace apenas unos meses.
El precio del metal cayó más de 80% durante el año pasado a medida de que la oferta de litio incrementó y la demanda mermó por un crecimiento por debajo de lo esperado en cuanto a la venta de los vehículos eléctricos. Durante el 2021, cuando el mundo intentaba recuperarse de la crisis económica por la entonces nueva variante coronavirus, las grandes economías –como la Unión Europea y China– aumentaron los subsidios y los incentivos para la producción de estos autos. Pero ahora, el pesimismo en las ventas y la espera de un avance más lento de lo esperado en cuanto a la electrificación del parque vehicular han reducido la demanda de los principales fabricantes de baterías.
La tonelada de litio en el mercado spot de China cerró el pasado miércoles en 95,500 yuanes por tonelada –alrededor de 13,418 dólares con base en el tipo de cambio actual–. En noviembre de 2022 la tonelada del metal cerró en un máximo de 597,000 yuanes –alrededor de 83,883 dólares–. El mercado chino se toma como referencia porque el país es el principal productor de litio del mundo, con más del 70% del total.