Los bonos emitidos por la empresa estatal Pemex están al borde de ser catalogados como de 'riesgo sustancial', es decir, de alto riesgo. La reciente reducción en la calificación crediticia de la compañía por parte de Moody's, ocurrida el pasado viernes, ha dejado a Pemex a un paso de caer en los niveles más bajos de la escala de calificación de la agencia. Estos niveles son asignados a aquellas empresas que están próximas a enfrentar dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras.
Los bonos de la empresa estatal ya habían perdido su grado de inversión en abril de 2020, cuando la pandemia de covid-19 provocó una caída histórica en los precios del petróleo y la administración de la compañía optó por mantener su estrategia. Sin embargo, esta última decisión de Moody's, de rebajar la calificación de Pemex de B1 a B3, añade más presión a la situación de la empresa. Esta rebaja representa otro revés para la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, que está a punto de finalizar su mandato.
Inicialmente, la calificadora reconoció los esfuerzos de la administración actual para detener la tendencia decreciente en la producción de petróleo, así como el compromiso significativo del gobierno federal con Pemex y el pago de su deuda. Sin embargo, estos mismos factores ahora contribuyen a la explicación detrás de la rebaja en la calificación de la empresa.