Delta dijo en un documento enviado al USDOT que si se deshace la asociación de siete años, "casi dos docenas de rutas entre Estados Unidos y México estarían en riesgo de cancelación", y al menos otras 10 rutas podrían tener aviones más pequeños y menos asientos.
La aerolínea afirmó que las tarifas aumentarían y que "800 millones de dólares en beneficios anuales para el consumidor se evaporarían. Se perdería un número sustancial de empleos en ambos lados de la frontera".
Delta estimó además que 1.8 millones de asientos de ida y vuelta en vuelos transfronterizos, que representan el 4% del total, estarían en riesgo si se deshace la asociación. El Departamento de Transporte no hizo comentarios de inmediato el viernes, pero dijo el mes pasado que el plan de no renovar la exención antimonopolio de la asociación es el resultado de cambios realizados por México.
Las autoridades mexicanas trasladaron vuelos de carga desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el más transitado del país, a un terminal más nuevo en las afueras de la capital, cuya construcción fue ordenada por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Departamento del Transporte estadounidense, que durante mucho tiempo ha mostrado descontento con la asignación de franjas horarias en el aeropuerto, consideró que las medidas del Gobierno mexicano perjudican a los transportistas existentes y a posibles nuevos participantes en el mercado.
El USDOT ha declarado que las aerolíneas tienen tentativamente hasta el 26 de octubre para cerrar su asociación. Delta dijo que el "razonamiento del USDOT debe basarse en evidencia, no en afirmaciones no corroboradas" y argumentó que el Gobierno estadounidense debería ofrecer una explicación más detallada "antes de ejecutar una acción drástica, dañina y sin precedentes".
El acuerdo de inmunidad permite a las aerolíneas vender asientos en los vuelos de ambas en virtud de un compromiso de código compartido. Delta y Aeroméxico ofrecerán más de 90 vuelos diarios entre los países este año bajo este acuerdo.
Autoridades y transportistas estadounidenses se han opuesto a las acciones tomadas por el gobierno mexicano, que según ha reconocido López Obrador tienen como objetivo aumentar el bajo tráfico en el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Funcionarios estadounidenses dijeron el mes pasado que conversaron con sus homólogos mexicanos de alto rango sobre las decisiones, calificadas por el USDOT como "fundamentalmente incompatibles con el acuerdo bilateral de servicios aéreos existente y las normas internacionales".