Quizá, si se está desarrollando un SUV eléctrico, esto no es un problema tan apremiante. La mayoría de las personas no se compran un vehículo de este tipo pensando en ir a 180 kilómetros por hora, pero cuando hablamos de un Porsche, la velocidad sí es algo que viene a la cabeza, y cualquier elemento que reste aerodinámica se vuelve un problema mayor. Es aquí en donde los diseñadores e ingenieros entran en escena.
Markus Auerbach es uno de ellos. Como Jefe de diseño de interiores de Porsche AG, ha enfrentado este desafío con ingenio. A diferencia de los vehículos de combustión interna, donde tanto el motor como el depósito de combustible se sitúan entre las ruedas y la parte trasera dejando libre la parte de en medio, en el caso de los eléctricos la batería es una plataforma plana que se extiende a lo largo de todo el piso del vehículo.
"Esto supone un desafío porque resulta en un aumento de la altura del habitáculo. La posición del conductor se eleva 115 milímetros, lo que requiere soluciones innovadoras para mantener una posición de conducción cómoda y una estética atractiva", explica Auerbach.
En el caso del Taycan, Porsche implementó una solución ingeniosa al crear un "garaje para los pies" en la carcasa de la batería, lo que permite mantener una posición de asiento óptima sin aumentar la altura del vehículo. "Se abrió un espacio para los pies en la batería. Esto permite que, al sentarse, se pueda mantener la posición baja característica de los vehículos deportivos", añade.
Porsche no está marcando la gran diferencia entre los modelos eléctricos y los de combustión
Markus Auerbach, jefe de diseño de interiores de Porsche AG
Materiales sostenibles
Además de los desafíos de diseño, la sostenibilidad ha emergido como un factor clave en la evolución de los interiores de los vehículos eléctricos. El diseño de este tipo de modelos ha implicado la incorporación de materiales más ligeros, reciclados o reciclables, en línea con el concepto de vehículo de cero emisiones.
Anteriormente, los materiales usados al interior de los vehículos premium dependían en gran medida de espumas y materiales que generaban altas emisiones de CO2, como el cuero. Sin embargo, con la transición hacia la sostenibilidad, se están explorando nuevos materiales reciclados y reciclables. Según Auerbach, los materiales del futuro incluyen recursos renovables como la madera, reinterpretados y combinados con metales o plásticos sostenibles.
El fabricante de asientos Forvia, por ejemplo, ha creado un nuevo negocio llamado Materi'Act, con más de 400 ingenieros trabajando en el desarrollo de materiales sostenibles para sus productos y para otras aplicaciones. Esta iniciativa no solo implica la búsqueda de sustitutos para las espumas tradicionales, sino también de nuevas telas que incorporen recursos naturales y sean completamente reciclables.
"Estamos orientados hacia un futuro en el que los asientos de los vehículos eléctricos sean completamente reciclables y reutilizables", afirma Jean-Paul Michel, vicepresidente ejecutivo de la división de interiores de Forvia.
Auerbach también apuesta por lo que llama "materiales inteligentes", capaces de realizar funciones especiales, como reaccionar ante factores externos para iluminarse sin necesidad de una fuente de luz directa, o adaptarse repetidamente a la forma del cuerpo para ofrecer una ergonomía óptima a los ocupantes del vehículo.
La magia de su trabajo radica en que todos estos cambios son casi imperceptibles para los clientes. A diferencia de otras marcas que han optado por diseños futuristas y llamativos para diferenciar sus modelos eléctricos, Porsche ha adoptado un enfoque más sutil.
Auerbach enfatiza que, para Porsche, lo más importante es que un vehículo sea instantáneamente reconocido como tal, independientemente de si es eléctrico o de combustión. "Primero que todo, tiene que ser un Porsche a primera vista", comenta Auerbach.
"La clave es que, en general, las cosas buenas nunca cambian. Por ello, Porsche no está marcando la gran diferencia entre los modelos eléctricos y los de combustión. Ante todo, tiene que ser un Porsche al primer vistazo. No queremos que la gente diga: ‘Ay, ¿qué es esto?’ Creemos que en el futuro la gente no necesitará un diferenciador en la apariencia para decir: ‘Oh, este es un coche eléctrico’. Pienso que el debate más bien estará en si es un buen auto o no”, concluye el diseñador.