Estado de alerta y emergencia, ¿cuál es la diferencia?
Un estado de alerta es emitido cuando el sistema puede operar de manera normal, pero bajo un límite que puede ser peligroso, que regularmente aplica cuando la reserva de generación eléctrica se encuentra muy cerca del 6%.
El estado de emergencia se emite cuando las condiciones ya son más extremas y la reserva de generación eléctrica está en 3% o debajo de este parámetro y es entonces cuando el Cenace tiene que tomar acciones porque no puede cubrir la demanda del momento y comienza a generar apagones en distintas zonas para que el sistema pueda continuar operando. Y es ahí cuando el Cenace adhiere en sus comunicados que “llevará a cabo las acciones operativas conducentes”.
“Ahorita [los estados de alerta y emergencia] están volviendo a coincidir con el aumento en la demanda y recortes de energía y por eso el hype [el aumento de astados de alerta]. Pero en realidad son normales”, dice Paul Sánchez, analista del sector.
El Cenace ha omitido dar detalles sobre los detalles específicos detrás de cada aviso de alerta o emergencia. Hasta hace unos meses aún contenía esa información en las alertas que emitía.
De acuerdo con la información del Cenace, en el 2022 –el dato más reciente– se registraron 1,321 avisos de estado de alerta en el sistema. Es decir, alrededor de 3.6 al día. En 2021 la cantidad fue mayor, de 2,097 o casi 5.7 diarios. La mayoría de estos se han emitido por retraso o falta de mantenimiento en la red nacional de transmisión.
Los estados de emergencia son menos comunes. En 2022 el Cenace emitió 70 de estos avisos y un año antes, en 2021, 87. La mayoría, según la información oficial, están relacionados con fallas en la red nacional de transmisión o en la red general de distribución.
Ayer jueves, por ejemplo, el organismo publicó un aviso de alerta y un aviso de emergencia.
¿Por qué el Cenace manda tantas alertas últimamente?
El incremento en las temperaturas –ayer la Ciudad de México marcó un nuevo récord por encima de los 34 grados– ha hecho que aumente la demanda eléctrica por el uso de aparatos eléctricos para mitigar de manera individual los efectos del calor.
La demanda ha tocado niveles que no había registrado en temporadas anteriores y, por ahora, la cantidad de energía eléctrica que se produce en el país, así como la infraestructura de transmisión y distribución, no alcanza para cubrir las necesidades de la población. Es decir, hay un aumento en la demanda y una limitada oferta.
En los últimos años se ha negado la construcción de nuevas centrales eléctricas a privados, la entrada en marcha de algunas otras, la CFE se ha retrasado en la construcción de las plantas de ciclo combinado que tiene planeadas y el Estado no ha invertido en infraestructura de transmisión y distribución.