Gerardo Gómez, director general de J.D. Power México, subraya que la entrada de nuevos jugadores en el mercado, particularmente de fabricantes chinos, podría frenar este aumento de precios en los próximos años.
“Vamos a ver con los nuevos participantes en la industria qué sucede. Hay estrategias muy agresivas de marca en las que bajan el precio y baja el segmento, entonces hay que ver cómo reacciona y cómo se adapta a las necesidades del mercado, y cómo lo reciben los consumidores”, dice Gómez.
El incremento anual en los precios de los vehículos no es una novedad y ha sido una constante debido al mayor equipamiento y tecnología incorporada en los autos. Antes de la pandemia de covid-19, los incrementos anuales oscilaban entre el 5% y el 8%. Sin embargo, en 2022 se registró un incremento récord del 14.6%, debido a la interrupción de las cadenas de suministro y la escasez de inventario que llevaron a los distribuidores a ajustar los precios al alza.
La perspectiva de Gómez para los próximos años es optimista, esperando que para 2027, con una normalización de la oferta y la continuidad de nuevos productos, los incrementos anuales se estabilicen alrededor del 8%.
En este contexto, el segmento de los SUV ha sido uno de los principales impulsores de los aumentos de precios. La llegada de nuevos competidores, especialmente de fabricantes chinos, junto con un superpeso –una moneda mexicana fuerte en comparación con otras divisas–, podría equilibrar los precios del mercado automotriz.
“Este año también se está normalizando porque vienen nuevos jugadores que llegan a segmentos de volumen y a precios muy accesibles o más accesibles, lo que está haciendo que la curva se vaya hacia abajo”, asegura Gómez.