La estatal Pemex ha dejado de ser una fuente de ingresos para la hacienda pública. El gobierno federal ha perdido 68,000 millones de pesos durante los primeros cinco meses del año. Se trata de la primera cifra negativa de la relación entre los ingresos petroleros que recibe el Estado y los apoyos que desde 2019 el gobierno morenista ha decidido otorgar a la petrolera.
Entre enero y mayo, Pemex aportó al gobierno 83,300 millones de pesos y Hacienda le dio a la compañía 151,000 millones de pesos vía transferencias, mediante la Secretaría de Energía, que pudieron haber sido utilizados para cubrir las amortizaciones de su deuda o pagar una parte de su deuda a proveedores. En una operación aritmética simple, el saldo es negativo.
“A partir de este año comenzó a registrarse un saldo negativo y la pérdida está acrecentando”, dice Jorge Cano, un investigador de México Evalúa, la organización que ha recopilado los datos. “Cada vez hay menos ingresos para el gobierno federal y la petrolera se queda cada vez más con una mayor proporción de la renta petrolera total. Nuestra interpretación es que Pemex ya no está aportando a las finanzas públicas, sino que ahora los papeles se invirtieron, el gobierno está aportando a las finanzas de Pemex”.