Estados Unidos ha intensificado su estrategia comercial para enfrentar la creciente competencia de los autos chinos, imponiendo aranceles a la importación de vehículos eléctricos provenientes del gigante asiático, además de subvenciones millonarias para incentivar la industria de vehículos eléctricos.
Según documentos publicados en mayo por la Oficina de Comercio Exterior del Gobierno estadounidense, a partir del 1 de agosto, se empezarán a aplicar aranceles del 100% a los vehículos eléctricos fabricados en China. Esta medida busca proteger la industria automotriz local y reducir la dependencia de productos extranjeros.
Además de los aranceles, el gobierno de Joe Biden ha anunciado este jueves un paquete de subvenciones de 1,700 millones de dólares a la industria automotriz para que pueda desarrollar sus líneas de producción de vehículos eléctricos, así como piezas o autopartes como baterías. Estos subsidios se destinarán a una decena de fábricas cerradas o amenazadas, instaladas en ocho estados diferentes.