La noticia supone un espaldarazo para Boeing, que ha estado lidiando con problemas legales y de producción desde que el 5 de enero se reventara un panel en pleno vuelo en un avión 737 MAX.
La Administración Federal de Aviación de EU (FAA) no respondió inmediatamente a una solicitud de Reuters para hacer comentarios fuera del horario de oficina.
El 777-9 forma parte del proyecto 777X para actualizar el avión de fuselaje ancho 777. El proyecto lleva en desarrollo desde 2013, pero ha enfrentado a múltiples problemas, incluidos retrasos en la certificación.
La autorización de inspección suele asociarse al inicio del proceso de certificación, que se realiza después de que la FAA haya examinado los datos técnicos. Este hito permite a los pilotos de la FAA participar en las pruebas de vuelo necesarias para certificar el avión para su funcionamiento normal.
Boeing ha afirmado que la flota de prueba del 777-9 será sometida a las pruebas de vuelo comercial más exhaustivas jamás realizadas por el fabricante de aviones.