No todas las empresas optaron por acuerdos rápidos con el SAT. Alsea y Grupo Elektra, por ejemplo, continúan inmersas en disputas legales derivadas de las auditorías fiscales realizadas por la autoridad.
La administración actual, siguiendo la línea de su predecesora, apuesta por una fiscalización robusta y altamente tecnológica. Una fuente del sector público fiscal, que solicitó permanecer en el anonimato, reveló a Expansión que desde las oficinas del SAT se mantienen activas las auditorías a grandes empresas, con el objetivo de identificar casos que justifiquen la emisión de créditos fiscales. Estas acciones se intensificaron desde el liderazgo de Raquel Buenrostro, actualmente titular de la Secretaría de Administración Pública, y que ocupó la jefatura del fisco durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
“El gobierno continuará reforzando la recaudación sin crear o aumentar impuestos en términos reales, mediante la prohibición de condonaciones fiscales a grandes contribuyentes y la implementación de medidas de modernización tecnológica y digital”, destaca el documento Precriterios Generales para la Política Económica 2025.
Fortalecimiento interno y herramientas tecnológicas
Ante este entorno, las empresas han reforzado sus estrategias internas para mitigar riesgos. Dulce María Alvarado Farías, integrante de la Comisión de Desarrollo Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México, subraya que muchas organizaciones están priorizando auditorías internas, revisiones exhaustivas de sus procesos fiscales y el fortalecimiento de sus equipos legales. También están invirtiendo en herramientas digitales que permiten automatizar el reporte fiscal y garantizar mayor transparencia en sus operaciones.
“El uso de CFDI (Comprobantes Fiscales Digitales) y tecnologías como la inteligencia artificial han permitido al SAT identificar discrepancias entre los montos facturados y las declaraciones de impuestos. Esto genera alertas automáticas que derivan en auditorías”, explica Alvarado Farías.
El enfoque no se limita a los grandes contribuyentes. En busca de incrementar la recaudación sin reformar el sistema tributario, el SAT está ampliando su alcance hacia mipymes y plataformas digitales como SHEIN, Temu y AliExpress, que han ganado popularidad entre los consumidores mexicanos. Estas plataformas, que permiten la compra de productos con potencial de reventa, ahora deberán cumplir con el pago de ISR por las ganancias generadas en el país.
“Estas empresas están obligadas a pagar impuestos, ya que la fuente de riqueza se genera dentro de México”, señala Alvarado Farías. Asimismo, el SAT busca implementar un programa de regularización fiscal para facilitar el pago voluntario de adeudos entre pequeños negocios y personas físicas.
El SAT está aprovechando tecnologías como el machine learning y modelos de analítica de grafos para clasificar a los contribuyentes según su nivel de riesgo y detectar redes complejas de elusión fiscal. Estas herramientas permiten a la autoridad identificar inconsistencias en sectores clave como automotriz, construcción, farmacéutico y plataformas digitales.
“El reto para las empresas no es solo cumplir con la ley, sino hacerlo de forma preventiva. Esto implica invertir en personal capacitado y en herramientas tecnológicas que eviten errores costosos”, concluye Alvarado Farías.