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Aranceles o acuerdos: los escenarios que ve el sector automotriz ante Trump

Con una revisión programada del acuerdo para 2026, el camino a seguir podría variar drásticamente, desde un diálogo ordenado hasta una potencial guerra comercial.
jue 28 noviembre 2024 04:32 PM
Producción automotriz
Estados Unidos representa el 90% de las exportaciones de los vehículos y las autopartes hechas en México.

La industria automotriz de Norteamérica enfrenta un periodo de incertidumbre mientras Donald Trump, ahora virtual presidente de Estados Unidos, insiste en sus amenazas de imponer un arancel del 25% a las exportaciones provenientes de México y Canadá. Este escenario ha encendido las alarmas tanto en el sector como en los gobiernos de los países involucrados, dado el impacto que podría tener sobre una de las cadenas de suministro más integradas del mundo.

El comercio entre México, Estados Unidos y Canadá alcanzó un valor de 1.7 billones de dólares entre enero y septiembre, lo que equivale a un tercio del Producto Interno Bruto mundial, según datos de la Secretaría de Economía. Esta integración económica, sustentada por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), ha fortalecido una relación comercial de décadas que ahora está en riesgo.

“La relación comercial ha sido un modelo de competitividad global. Las cadenas de suministro del sector automotriz son un ejemplo mundial que vale la pena no solo mantener, sino fortalecer”, señaló la Industria Nacional de Autopartes (INA). Estados Unidos y Canadá representan el 90.6% de las exportaciones de autopartes mexicanas, mientras que México provee el 43% de las autopartes utilizadas en la fabricación de vehículos en Estados Unidos.

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Sin embargo, las amenazas arancelarias podrían transformar este equilibrio en una guerra comercial con consecuencias impredecibles. Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), explicó: “Podríamos ir desde un proceso ordenado de diálogo de revisión del T-MEC que busque mejorar las condiciones para los tres países, hasta el extremo de entrar en una guerra de aranceles y dar por terminado el TMEC. Así de amplio es lo que puede ocurrir”.

Posibles escenarios

El sector automotriz identifica dos posibles rutas. El primer escenario, considerado ideal, implicaría un diálogo ordenado para revisar el T-MEC, cuyo próximo proceso formal de revisión está programado para 2026. En este contexto, el cumplimiento de las armadoras instaladas en México con los requerimientos de Valor de Contenido Regional —que fue fortalecido en el T-MEC respecto al TLCAN— juega a favor de mantener la cooperación entre los socios.

Por otro lado, un escenario adverso contempla la imposición de aranceles espejo, como lo ha anticipado el Gobierno mexicano. “A un arancel, vendrá otro en respuesta”, advirtió la presidenta Claudia Sheinbaum. Aunque México ha expresado su disposición para actuar con “estrategia y firmeza”, los representantes del sector reconocen los riesgos de una escalada en las tensiones.

Impacto en el sector

La postura de Trump no solo afecta a México y Canadá. “El simple hecho de que apunte a México y Canadá, sobre todo Canadá, es una locura. Se trata del más cercano y antiguo aliado de Estados Unidos”, afirmó a la AFP Petros Mavroidis, profesor de la Universidad de Columbia. Según el experto, estas amenazas envían un mensaje claro al resto del mundo: ninguna nación está exenta de las políticas proteccionistas de Estados Unidos.

Para los líderes del sector automotriz, lo que está en juego no es solo un tratado comercial, sino el futuro de una región que ha basado su competitividad en la integración productiva. “México tiene una decisión estratégica: seguir apostando por la integración con Norteamérica. Ese es el camino”, dijo Rosales.

Mientras tanto, el sector se prepara para cualquier desenlace. La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y otros organismos coinciden en que el diálogo será clave, pero advierten que no descartan medidas más contundentes si el panorama se inclina hacia una guerra comercial.

La moneda sigue en el aire. Lo único seguro es que las decisiones que se tomen en los próximos meses marcarán el rumbo del comercio regional y la estabilidad de una industria que emplea a millones de personas en los tres países.

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