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Descarbonización de la economía

Además de incentivar la sostenibilidad, se pueden generar circunstancias favorables para la rentabilidad de las empresas.

Hoy en día, el mayor desafío es el cambio climático. Aunque descarbonizar la economía es clave, las emisiones contaminantes siguen en aumento. En 2024, se alcanzó un récord histórico de 41.6 gigatoneladas de CO₂, lo que significa 0.8% más que en 2023, por lo que lograr la neutralidad de carbono para 2050 es más crucial que nunca.

La evolución hacia un modelo energético sostenible enfrenta grandes retos, desde la tecnología hasta la integración de energías verdes, las cuales han avanzado, pero no compensan el uso creciente de los combustibles fósiles. En 2023, la capacidad renovable alcanzó 3,870 giga vatios (GW); no obstante, el consumo de fuentes de energía no renovables se incrementó 1.5%. La dependencia de las fuentes fósiles se mantiene en 81.5%, lo que muestra la urgencia de aminorar este porcentaje.

Además, el aumento de la demanda energética en economías emergentes, en las industrias pesadas y el transporte dificulta aún más la descarbonización. Los sectores difíciles de descarbonizar han reducido 0.9% sus emisiones, pero es insuficiente para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

En 2025, se prevé que las energías renovables serán la principal fuente de electricidad; sin embargo, si no existen mejoras en la eficiencia energética, el uso de los combustibles fósiles persistirá.

Asegurar una transición justa e inclusiva es otro reto. La disparidad entre los países económicamente más avanzados y los que están en desarrollo es preocupante. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) insta a incrementar la financiación internacional para apoyar a los países en desarrollo y proteger a los trabajadores afectados, al crear nuevas oportunidades de empleo verde y garantizar el acceso a energías limpias y asequibles.

El déficit de financiamiento e inversión es otro obstáculo. Los intermediarios financieros deben alcanzar sus metas de descarbonización y apoyar proyectos sostenibles, incentivando o penalizando, según el impacto ambiental.

Para acelerar el cambio hacia las energías renovables, es necesario contar con estímulos robustos y alianzas público-privadas, como Transforming Industrial Cluster y First Movers Coalition, que fomenten inversiones en tecnologías limpias.

Oportunidades que brinda la descarbonización


A pesar de los desafíos, la descarbonización también abre caminos. La expansión viable y rentable de las energías renovables no solamente reduce las emisiones, sino que fortalece la seguridad energética y promueve la innovación tecnológica. La transición energética puede generar nuevos empleos, menguar desigualdades y mejorar la salud pública al disminuir la contaminación.

La evolución a una economía verde representa un cambio integral en sistemas productivos, financieros y energéticos, a la vez que redefine las dinámicas económicas globales. China, Estados Unidos y la Unión Europea compiten por liderar sectores estratégicos como las energías renovables y los vehículos eléctricos.

En resumen, la transición hacia un futuro sostenible no es únicamente un tema urgente, sino también una encrucijada para transformar las economías y sociedades. Al aprovechar las oportunidades de la descarbonización, como el crecimiento de empleos verdes y el desarrollo de tecnologías limpias, es posible garantizar un planeta habitable para el futuro.