Según datos de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, este sector es responsable del 80% de la carga terrestre que se moviliza en el país. Esto significa que cualquier alteración en los tiempos de cruce fronterizo tiene un impacto directo en la cadena de suministro y en los costos operativos.
Una visita a Washington
Los problemas de congestión y retrasos no son nuevos, pero han empeorado en los últimos años. En 2019, cuando el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó una revisión más exhaustiva de los transportistas mexicanos, las esperas llegaron a ser de hasta cuatro horas en algunos cruces. El Consejo Coordinador Empresarial estimó entonces que el costo de estas demoras ascendía a más de 8 millones de dólares al día, considerando tanto las pérdidas como los sobrecostos derivados de la espera.
A pesar de que la Canacar no tiene una cifra exacta sobre las pérdidas actuales, Martínez señala que los empresarios del sector "van a tocar puertas" para ver qué impacto tiene esta situación, no solo en el sector del autotransporte, sino también en la competitividad y en la economía bilateral.
El próximo 11 de marzo, la Canacar se reunirá en Washington con sus pares estadounidenses para discutir la problemática que enfrenta el sector. Aunque la Canacar no estará acompañada por el Consejo Coordinador Empresarial, que ha estado presente en los diálogos con autoridades de Estados Unidos desde la presidencia de Trump, Martínez destacó la importancia de estas negociaciones para poder mitigar los efectos negativos en la industria.
Las medidas que podría implementar Estados Unidos en términos arancelarios, que según Trump se iniciarán este martes, también generan incertidumbre en el sector. “No es lo mismo si son aranceles de un dígito a aranceles de 25%”, indicó Martínez, refiriéndose a la posible magnitud del impacto económico de estas medidas. De momento, los detalles sobre el tipo de aranceles que se impondrán aún no están claros, lo que añade un nivel de incertidumbre adicional para los transportistas.
El Producto Interno Bruto (PIB) del sector de autotransporte de carga en México registró un crecimiento del 6.8% durante el segundo trimestre del año pasado, alcanzando los 2.5 billones de pesos. No obstante, los transportistas temen que, de persistir las condiciones actuales, la situación pueda empeorar. Actualmente, operan en el país 7,552 empresas del sector, con las mayores concentraciones en los estados de México, Nuevo León y Tamaulipas.
Los transportistas no solo se enfrentan a un aumento en los tiempos de espera, sino también a una presión económica derivada de estos retrasos. El costo de la logística se eleva, lo que afecta tanto a las empresas como a los consumidores finales, quienes podrían ver un aumento en los precios de los productos debido a los costos adicionales de transporte.
Las autoridades mexicanas han intensificado las negociaciones con sus homólogos estadounidenses para tratar de minimizar los efectos de estas políticas. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, junto con las cúpulas empresariales, ha mantenido un diálogo constante con las autoridades estadounidenses para encontrar soluciones que beneficien a ambos países.
Martínez hizo hincapié en que el sector no solo está preocupado por los aranceles, sino también por el impacto generalizado que podría tener la política del presidente Trump sobre toda la industria mexicana. “Nos tiene asustados porque no sabemos cuál pudiera ser el alcance real en cuanto a la imposición de aranceles. Este tema nos vino a desconfigurar toda la industria, no solo al autotransporte, sino a toda la industria en general”, concluyó el líder de Canacar.