La cadena de restaurantes Hooters of America se declaró en bancarrota este lunes en Texas, con el objetivo de abordar su deuda de 376 millones de dólares mediante la venta de todos sus restaurantes corporativos a un grupo de franquiciatarios respaldado por los fundadores de la empresa.
Al igual que otras cadenas de comida casual, Hooters ha enfrentado dificultades en los últimos años debido a la inflación, el alto costo de la mano de obra y los alimentos, así como la disminución del gasto de los consumidores estadounidenses. Actualmente, la empresa posee y opera directamente 151 ubicaciones, mientras que otras 154 son gestionadas por franquiciatarios, principalmente en Estados Unidos.
La empresa, de propiedad privada y con el mismo grupo de inversión que recientemente llevó a la quiebra a TGI Fridays, planea vender todas sus ubicaciones corporativas a un grupo comprador conformado por dos franquiciatarios actuales de Hooters, quienes operan 30 restaurantes de alto rendimiento en Florida e Illinois.
Hooters no reveló el precio de compra de la transacción, la cual deberá ser aprobada por un juez de bancarrota en Estados Unidos antes de concretarse.