Publicidad
Publicidad

Grupo Bafar baila al son que le toquen

Un vals, un chachachá, un rock and roll… Grupo Bafar se especializa en varios ritmos en pro de su crecimiento y su permanencia en el mercado mexicano e internacional.
jue 19 junio 2025 04:00 AM
CEO de Grupo Bafar
Eugenio Baeza lidera una empresa que se ha diversificado hasta alcanzar mercados fuera de México y más allá del sector de alimentos.

De un salón de baile, con apenas unos cuartos fríos y hechizos, con tres personas, a toda una red de más de 13,000 bailarines con su propia pista, Grupo Bafar ha sabido llevar siempre el ritmo en época de crisis, y lo ha demostrado a lo largo de más de 40 años. ¿La clave? La diversificación de su negocio y el uso de tecnología, así como trabajadores capacitados y especializados.

“Nos va muy bien en las crisis”, dice Eugenio Baeza, fundador y presidente del consejo de administración de Grupo Bafar. “No conozco otra cosa más que crisis. Yo empecé a trabajar en 1983, imagínate, luego llegó la del 94-95, la crisis del 2000, la de 2008, la pandemia…”.

La historia comienza en 1982. Al egresar de la licenciatura en Administración de Empresas y Economía en la Universidad Estatal de Nuevo México, Baeza se entrevistó con distintas personas y lo contrataron para ser gerente de área en la planta de Ford Motor Company instalada en su estado natal.

Publicidad

La fama de las carnes asadas, la calidad del ganado del norte mexicano y la afluencia de ejecutivos de la Ciudad de México, Venezuela y Estados Unidos para echar a andar la planta de Ford, llevaron a Baeza a poner los cimientos de lo que es ahora Grupo Bafar. Organizaba ‘la carnita asada’ con partidas de dominó los viernes, y el empleado de Ford, por ser originario de Chihuahua, tenía la enmienda de conseguir y llevar la carne.

“Yo iba y conseguía la carne, el asador, preparaba los cortes y les gustaba mucho, me preguntaban dónde podían conseguirla para las esposas de los ejecutivos y para llevarla de regalo a sus amigos. Entonces, empecé a vender cortes en cajitas, hasta que la hora de la comida no me daba para preparar los pedidos, y ya estaba generando más ingresos vendiendo las cajitas que lo que me pagaban”, detalla el empresario. “Y decidí salirme de Ford para vender estas cajitas”.

El salón de baile

Para darse abasto, Baeza rentó un local que fungía como salón de baile. “Se hicieron unos cuartos fríos hechizos y unas mesas para cortar la carne; éramos tres personas”, recuerda.

El contexto de la crisis económica de 1982 y la cerrazón comercial de México para proteger su industria ayudó a crecer el negocio, en primera instancia, con la fundación de Abastecedora del Norte, en 1983.

En esos tiempos, México cobraba aranceles de hasta 200% a la carne de res, pollo y cerdo. Entonces, la forma en la que se abastecían los carniceros para poder vender era comprando el ganado en el mercado mexicano o el canal completo de la res, que es el cuerpo del animal desangrado y sin vísceras.

Publicidad

Baeza, quien ya distribuía carne, observó una oportunidad para satisfacer a sus clientes. A bordo de una camioneta visitó varios lugares y se dio cuenta de que las carnicerías en las colonias de clase alta tenían un sobre inventario porque vendían solo cortes finos (cuarto trasero), dejando de lado la parte de las costillas hacia arriba (cuarto delantero) que sí se vendían en barrios populares.

“La mejor mercadotecnia es resolverle un problema al cliente. Empecé a llevarle los cuartos delanteros al que vendía los cuartos delanteros, y los cuartos traseros al que vendía los cuartos traseros; y entonces empezamos a crecer. En el momento que tú le resuelves un problema al cliente, el cliente está contento”, detalla Baeza.

Con este crecimiento y una red de clientes y proveedores más amplia, Abastecedora del Norte detectó que las empacadoras de carne, como Sigma, que era Chimex Food, o Qualtia, que es Kir, y Riojano, también tenían que comprar el canal completo del cerdo, reportando el mismo problema que los carniceros con la res. Fue cuando Baeza vio la oportunidad de comenzar a cortar también canales de cerdo para satisfacer necesidades específicas de sus clientes en materia prima.

Para 1986 llegó un momento clave. México se unió al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), lo que impulsó más la competitividad de Abastecedora del Norte, pues le significó un nuevo ritmo para bailar con la reducción de los aranceles, lo que le le permitió salir a buscar proveedores de carne en Estados Unidos.

“Comenzamos a importar cortes específicos. Después fuimos a Canadá, a Noruega, Finlandia, Dinamarca, Australia, Nueva Zelanda, Nicaragua, esto ayudó a muchas empresas a desarrollarse, porque se les proveía la materia que necesitaban”, resalta Baeza, quien apostaba por México no solo para hacer crecer su empresa, sino las de sus clientes.

Publicidad

“El mercado se fue desarrollando y nosotros fuimos creciendo, crecimos como comerciantes, como importadores, no tanto como industriales”, asegura el empresario.

Hoy, el 15% de las ventas de Grupo Bafar se hacen en el extranjero, ya que también comenzó a exportar a Estados Unidos en 2008 con productos ya más procesados, como jamones de pavo, de cerdo y mixtos, tocino, salchichas, boneless, nuggets y tenders, carne de cerdo y de pollo. En 2011 empezó a enviar productos especializados de cerdo a Japón, y también ha exportado a China. En América Latina, la empresa tiene presencia a través de alianzas con distribuidores en Guatemala y en Cuba.

Pasos complicados

Con la apertura comercial, muchas personas entendieron el negocio, y los brókers o intermediarios entre productores y compradores no se hicieron esperar, empezaron a inundar el mercado. “Los márgenes se fueron a nada, por ahí del año 1989, se puso muy complicado el negocio y entonces tuvimos que hacer una planeación estratégica para reinventarnos. Creamos marcas como Bafar y pasamos a industrializar las proteínas cárnicas, a hacerlas jamones, tocino, salchichas… nos dimos cuenta de que era muy fácil que cualquier bróker nos brincara para brindar la materia prima”, explica Baeza.

Carlos Alcaraz, analista del sector de Apalache Análisis, explica que una de las principales virtudes del equipo corporativo, directivo y operativo de Grupo Bafar es que siempre mantienen una tendencia de inversión en cuanto a sus productos y servicios.

“Siempre buscan ofrecer algo más. Anteriormente, vendían solamente productos básicos, hoy tienen una cartera muy amplia donde, obviamente, son productos de mayor valor agregado, de repente ya ves una marca de jamón serrano donde ellos están detrás. Esto les ha permitido crecer de manera importante y atender un nicho que suele ser muy exigente –que cuando lo descuidas pierdes participación–, han hecho bien su tarea”, destaca el especialista.

Con un portafolio más diverso, hacia 1994, y con el avance del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la empresa ya trabajaba en el proceso para colocarse en bolsa intermedia, junto con Nacional Financiera y Banorte, pues había un programa del gobierno que buscaba empresas pequeñas y medianas para enlistarlas y capitalizarlas.

Eugenio Baeza, fundador de Grupo Bafar
"Estamos siempre vigentes, enriqueciendo el portafolio de la empresa. Eso no quita que veamos adquisiciones en otros países", dice Eugenio Baeza, fundador y presidente del consejo de Grupo Bafar.

“Estábamos muy preparados para salir y nos había ido muy bien. Estábamos calculando los bonos para los ejecutivos y… ¡tómala!, viene el error de diciembre, todo lo importábamos, todo lo debíamos en dólares... Tuvimos un año extremadamente complicado, que fue 1995. Entonces, volvimos a replantearnos, ser una empresa más intensiva de capital, por la industrialización, lo que permitió el desarrollo de productos, creación de marcas, pues estábamos bien apalancados”, asegura Baeza.

Esto les permitió sobrevivir a ese 1995 y en 1996, la compañía se hizo pública al cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) el 20% de su capital. Los fondos obtenidos de la oferta inicial se utilizaron para invertir fuertemente en activos fijos, tecnologías de la información, sistemas integrales, mercadotecnia, capacitación y distribución de productos, según información de la BMV.

“Fue uno de los puntos de quiebre más importantes de la empresa. Nos capitalizamos y entonces pasamos a implementar sistemas ERP, como SAP, Oracle, de JD Edwards. A meter tecnología de punta en los procesos, a hacer crecer, abrir oficinas, empezamos a tener un crecimiento importante (…) todo esto ha venido avanzando y nos ha permitido un crecimiento; la empresa se duplica cada cinco años, desde 1996”, detalla el empresario que desarrolló la filosofía de la cultura laboral del grupo: “El arquitecto de mi propio destino”.

Hoy, el uso de tecnología es elemental en Grupo Bafar, desde la automatización de su cadena de suministro hasta saber cuántas rebanadas de jamón come un niño a la semana y de qué marca.

“Están al tanto de las necesidades de sus clientes, desarrollan nuevos segmentos, nuevos productos, y esto es lo que los ha mantenido vigentes durante los últimos años. Es un acierto del grupo y es lo que les va a conseguir rentabilidad y crecimiento a doble dígito para los próximos 10 a 15 años”, apunta el analista de Apalache.

Y sí, actualmente Grupo Bafar crece a doble dígito. En el último trimestre de 2024, sus ingresos crecieron 14% y en el primer trimestre de 2025, un 17%. Su avance se ha visto impulsado por la expansión de sus tiendas Carnemart, una mejor mezcla de productos y mayores exportaciones al mercado estadounidense ante la volatilidad de los commodities.

Alza en ingresos Bafar

Las inversiones en tecnología y automatización permitieron mitigar impactos adversos en los márgenes operativos, resaltando la resiliencia de un modelo de negocios maduro, apuntan reportes de Apalache Análisis.

Cada bailador en su pista

Junto con la tecnología, la diversificación ha resultado fundamental para el negocio. Hoy, la unidad Bafar Alimentos alberga más de 40 marcas de productos de consumo, las tiendas retail La pastora, BIF y Carnemart, así como Valley Super Market, en Texas. Acumula exportaciones de más de 3,000 toneladas a seis países, cuatro complejos industriales y 64 plantas productivas, innovación y hasta agroindustria.

Sin embargo, también tiene participación en el mercado inmobiliario, con su Fibra Nova, que inició en 2011 y que comenzó operaciones en bolsa en agosto de 2017, al realizar una oferta inicial.

El fideicomiso formalizó la adquisición de su portafolio inicial, compuesto por 81 activos, dividido en nueve parques industriales, siete CEDIS, cuatro inmuebles de oficinas y 61 tiendas.

A la fecha, su portafolio está compuesto por 123 propiedades en México, con un total de 662,206 metros cuadrados de superficie alquilable y 2,118 hectáreas de portafolio agroindustrial, detalla HR Ratings en un reporte.

Por otro lado, participa en el sector financiero con dos sofomes: Vextor y Sofivext. Igual cuenta con su fondo de inversión Fly Capital y la fintech BCash, aunado a su incursión en el sector asegurador con B Seguros.

Con su participación en el sector financiero, busca principalmente brindar apoyo, con menores tasas de interés, a sus empresas proveedoras y a sus clientes. Con la fintech trabaja en el desarrollo de una tarjeta llamada B cash, con lo que se busca atender a más de 1.7 millones de clientes en las más de 500 tiendas Carnemart distribuidas en el país y en Texas. También le entra al negocio de la nuez pecana, y son los mayores productores de Chihuahua, con 500,000 árboles. Por igual está la Fundación Bafar, donde brindan el 60% de la ingesta proteica a más de 10,500 niños, además, se les otorga formación y deporte, en asociación con la Fundación Real Madrid.

“También ya estamos haciendo vino, estamos haciendo un pueblo con estilo mexicano-italiano, tiene un hotel de 90 habitaciones, iglesia, salón de eventos, restaurantes, estamos haciendo un campo de golf, spa... Esto lo estamos haciendo porque pensamos que vamos a lograr hacer un punto de destino para que turistas se queden más tiempo en Chihuahua. Las pistas en las que bailamos son varias: bailamos chachachá, ranchera, banda, polka”, dice Baeza.

Uno de los aciertos de Grupo Bafar radica en el hecho de desarrollar una estructura corporativa robusta que le permite contratar a gente especializada en las áreas que corresponden, y de esta manera, tener una operación eficiente, agrega Alcaraz.

La diversificación y la especialización de cada área inician desde la formación de sus trabajadores en la Universidad Bafar, creada en 1997, una plataforma de capacitación continua para especializar y preparar personal.

Esto les ha permitido sobrevivir a la disrupción que ha generado el propio avance de la tecnología.

“Este es un pilar muy importante para Grupo Bafar, porque es donde nosotros entrenamos al personal que trabaja en la empresa en lo que debe hacer”, abunda el empresario. “Esto se conjunta con un modelo de meritocracia en donde, a través de un modelo de gestión, se hace la planeación estratégica y la visión del grupo a cinco y 10 años, y se aterriza por semana”, explica.

En un contexto de amenazas arancelarias en Estados Unidos, y un menor crecimiento económico en México, el fundador de Grupo Bafar refiere que continúa el nearshoring porque producir en el país es más competitivo que hacerlo en otros lugares del mundo, por lo que Bafar seguirá tecnificándose de manera agresiva y, así, manejar más exportaciones.

“Nosotros estamos siempre vigentes, viendo a dónde nos vamos, qué podemos comprar, qué podemos adquirir, vamos enriqueciendo el portafolio de nuestras empresas”, enfatiza el empresario mexicano. “Eso no quita que estemos viendo adquisiciones en otros países. Ahí, cuando se asusta la gente, es cuando se pone más barato todo. Entonces, ahí veremos. Nosotros no estamos asustados”.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad