En un documento presentado a las autoridades estadounidenses, Delta y Aeroméxico solicitaron ampliar el plazo del 25 de octubre, fecha en la que el acuerdo terminaría, hasta el 28 de marzo del año próximo, con el objetivo de que finalice posterior a la temporada alta de invierno.
Los cambios para las compañías, si su inmunidad antimonopolio se queda sin vigencia, no serían menores. Desde la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), que representa a los pilotos de Aeroméxico, esto implicaría una modificación estructural, pues alrededor del 30% de los vuelos que realiza la compañía se llevan a cabo por dicho acuerdo.
“En caso de que concluya esta alianza, evidentemente el modelo de negocio de Aeroméxico tendría que cambiar. Los alcances no están bien definidos”, comenta Jesús Ortiz, secretario general de ASPA.
Pero las presiones para la alianza de las compañías, iniciada en 2015, aumenta con la injerencia en el asunto de American Airlines, quien recomendó al DOT no renovar su inmunidad antimonopolio.
La compañía estadounidense utilizó los mismos argumentos que el DOT para justificar su descontento con el acuerdo sostenido entre dichas aerolíneas: este tipo de acuerdos solo son válidos cuando existe un ambiente de alta competencia entre empresas.
Las autoridades del país vecino del norte han dicho que las prácticas del Gobierno de México no han permitido la entrada de nuevos competidores al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), al mismo tiempo que no se priorizaron los acuerdos previamente establecidos al trasladar las operaciones de carga del AICM al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Más allá del propio DOT, el Departamento de Justicia de Estados Unidos también ha expuesto su interés por disolver la alianza, ya que las autoridades en México han “limitado” la entrada y expansión de nuevas aerolíneas, lo que ha terminado, desde su perspectiva, socavando las condiciones competitivas e “impidiendo el acceso al mercado abierto en las rutas entre México y Estados Unidos”.