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La batalla contra China también se libra en los boilers 'made in México'

Calorex es la única que produce calentadores en México, frente a la ola de importaciones chinas que dominan el mercado con precios bajos y alta competitividad.
mar 02 septiembre 2025 03:17 PM
Calorex, la última fabricante de calentadores en México, frente al dominio chino
El complejo industrial de Saltillo alcanzará una producción anual este año de hasta 900,000 unidades encargadas de abastecer al mercado local y el de exportación.

Saltillo, Coahuila.- No se trata solo de zapatos, autos o refacciones. La batalla de los productores locales contra las importaciones chinas ha llegado a un nuevo terreno: el de los calentadores domésticos. En ese frente se encuentra Calorex, empresa originaria de Coahuila y hoy propiedad de Ariston Group, que enfrenta una competencia cada vez más desafiante frente a la manufactura del gigante asiático.

Calorex es actualmente la única compañía que produce calentadores en México, ya que el resto de los competidores ha optado por importar desde China. Rodrigo Basañez, director general de la firma, recuerda que antes de la pandemia existían otros dos fabricantes nacionales, pero decidieron dejar de producir y concentrarse en la importación.

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Hoy la empresa concentra alrededor de 60% del mercado total de calentadores que se venden en el país. Sin embargo, su participación baja a cerca de 40% en el segmento de calentadores instantáneos, donde China tiene un liderazgo global y ha conquistado el mercado mexicano gracias a sus precios bajos.

En industrias como la del calzado, las autoridades mexicanas ya han impuesto nuevos aranceles a los productos “Made in China” para proteger a la producción local. En el sector de calentadores se espera que se tomen medidas similares.

“Al no existir una tasa arancelaria mayor para los productos chinos, que sí está en agenda, se ha provocado una guerra de precios tremenda y nosotros hemos decidido en qué batallas participar. Por ejemplo, en proyectos nuevos relacionados con el producto instantáneo, el más económico, nos encontramos con artículos chinos que ni siquiera han tenido incrementos de precio”, comenta Basañez en una reunión con medios, a petición de Expansión.

Ante este escenario, la empresa ha optado por competir solo en segmentos donde puede diferenciarse, evitando la batalla directa en precios bajos. Su estrategia se centra en ofrecer productos certificados y mantener un servicio de posventa sólido.

“No participamos en todos los casos. Si un proyecto no es rentable, no entramos. Tenemos límites, no porque no sea costeable, sino porque no nos interesa llevar la marca a un nivel tan bajo. No buscamos competir con productos que no cumplen con obligaciones o normas básicas, ese es el punto”, añade el directivo.

La apuesta por importar desde China también ha generado un efecto dominó negativo en la cadena de proveeduría local, que no ha logrado desarrollarse al mismo ritmo. Calorex mantiene alrededor de 80% de proveeduría regional y espera incrementar ese porcentaje en los próximos años.

Con la competencia asiática en ascenso, la compañía ha puesto en marcha diversas estrategias para mejorar eficiencia y reducir costos en su cadena de valor y en las operaciones de su planta de Saltillo.

“Depende del commodity. Por ejemplo, el acero —del que compramos entre 1,300 y 1,500 toneladas mensuales— se negocia anualmente. Pero no sucede lo mismo con otros insumos como los químicos, que varían según la volatilidad del mercado. Tenemos muy estructurado un plan de negociaciones y contratos con nuestros proveedores, con acuerdos periódicos y anuales que se respetan”, explica Óscar Ríos, director de Operaciones de Calorex México.

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Buscan más regulación

La italiana Ariston Group, propietaria de Calorex desde 2019, anunció el mes pasado una inversión de 157 millones de pesos para la apertura de su quinto complejo de manufactura en México, destinado a abastecer al mercado norteamericano.

Antes de mirar hacia el norte, la compañía ha sostenido conversaciones con la Secretaría de Economía para ampliar su base de proveeduría local y, al mismo tiempo, impulsar una mayor regulación en el sector.

“Lo que estamos haciendo con las autoridades es precisamente impulsar normas, las famosas NOM, para que regulen y aseguren que todos los fabricantes que venden en el país cumplan un mínimo de especificaciones. Entre nosotros y el resto de competidores serios en México buscamos elevar constantemente el nivel de calidad”, comenta Basañez.

Desde hace dos meses, Calorex ostenta el distintivo “Hecho en México” y proyecta este año un crecimiento de un solo dígito en sus ventas en el mercado nacional.

La expectativa de producción es alcanzar hasta 900,000 unidades, de las cuales alrededor de 10% se exportarán a Estados Unidos bajo marcas como American Standard.

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