De acuerdo con Rosa María Cordero, vicepresidenta de Cafés y Bebidas de Nestlé México, en 15 años el proyecto ha triplicado la productividad de alrededor de 16,922 productores. A través del Plan Nescafé, la multinacional ha invertido 550 millones de pesos en la entrega de 72 millones de plantas de café arábica y robusta más productivas y resistentes a plagas, lo que ha permitido la renovación de más de 30,000 hectáreas cafetaleras. Hacia 2030, el programa contempla la entrega de 36 millones de plantas adicionales.
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La finca de Robledo produce cereza de café desde hace cinco años.
Foto: Mara Echeverria / Expansión.
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La finca de Robledo produce cereza de café desde hace cinco años.
Foto: Mara Echeverria / Expansión.
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La finca de Robledo produce cereza de café desde hace cinco años.
Foto: Mara Echeverria / Expansión.
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La finca de Robledo produce cereza de café desde hace cinco años.
Foto: Mara Echeverria / Expansión.
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La finca de Robledo produce cereza de café desde hace cinco años.
Foto: Mara Echeverria / Expansión.
Chiapas es hoy el principal productor de cereza de café en México. En 2024 aportó entre 34.7% y 37% del volumen nacional, de una producción total de 1,063,895 toneladas, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Las condiciones naturales del estado —altitud, temperaturas templadas y un régimen de lluvias y humedad óptimo— lo han convertido en un punto clave para la caficultura nacional.
Para la industria, tener un buen grano va más allá de sembrar cafetales. Las bayas que dan origen al café que se consume todos los días requieren procesos de cuidado, fermentación y selección que definen su sabor y aroma. En el caso del Plan Nescafé, estos pasos están acompañados de asesoría técnica, renovación de plantas y capacitación en agricultura regenerativa.
El reforzamiento de las variedades de café que entregamos a los caficultores permite tener una mayor resistencia a los cambios de clima. "Nuestro trabajo está enfocado en que el productor se pueda desarrollar y que la productividad defienda el modelo de café y tenga un impacto a largo plazo”, explica Cordero.
Las variaciones en el clima son hoy uno de los mayores retos para el mercado global del café. Heladas, sequías y tormentas han reducido los volúmenes de producción en varios países, impulsando los precios en los mercados de futuros. “Las alzas en el precio de los futuros de café se deben a las condiciones climatológicas, debido a que es un commodity que depende de estos factores, porque al reducir la producción se eleva el costo ante la demanda. Hacia adelante, las condiciones climáticas podrían llevar a precios más altos en el café hasta otro máximo histórico”, dice Humberto Calzada, economista en jefe para Rankia Latam.
Calzada considera que los incentivos fiscales o medidas de apoyo al campo en países productores podrían aliviar las presiones globales, aunque el mayor riesgo seguirá siendo el clima. En ese contexto, Nestlé ha optado por reducir su exposición a las fluctuaciones internacionales mediante un abastecimiento más local y directo con los productores.
La estrategia también le ha permitido ganar certidumbre en costos y calidad. Sin embargo, algunas organizaciones han cuestionado el papel de la empresa en la cadena cafetalera. “La presión sobre los precios del café por parte de las empresas comercializadoras, que suelen fijar precios de compra que no cubren los costos de producción de los pequeños productores, exacerba su precariedad económica”, señala un estudio elaborado por Coffee Watch, Empower y ProDesc.
Nestlé ha respondido a esos señalamientos en su Informe de Creación de Valor Compartido, donde detalla que 58% de los productores que integran el Plan Nescafé fueron verificados por Farmer Connect Responsible Sourcing (FCRS) y el 42% certificados de acuerdo con el Código Común para la Comunidad Cafetalera.
Cordero descarta que la iniciativa tenga injerencia en los precios del café, dado que su enfoque está en mejorar la productividad y la adopción de herramientas de agricultura regenerativa, sin condicionamientos comerciales.
El café mexicano llega a Estados Unidos
Javier León, director de Asuntos Corporativos de Nestlé México, coincide en que la empresa no fija precios. “Lo que hay que hacer es trabajar en cómo funciona esa cadena de abastecimiento para que el productor pueda tener un mejor ingreso”, señala. “El café y la fijación del precio es un commodity y depende de la oferta y demanda, y a través del Plan Nescafé creemos que la productividad es la respuesta a los años buenos y malos de clima”.
Desde su planta en Santa Rita, Veracruz, Nestlé produce una de cada cinco tazas de café que se beben en México, además de exportar a Estados Unidos y Centroamérica. La compañía ha encontrado una oportunidad para impulsar el café nacional mediante la línea Nescafé Reserva, que representa distintas regiones cafetaleras del país y responde a la creciente demanda de cafés de especialidad.
“Eso es un reto para asegurar el abastecimiento. Eso nos hace acercarnos al productor y al consumidor”, dice Robledo. La línea Reserva utiliza un proceso de liofilización que preserva mejor el sabor y aroma del café recién hecho, diferenciándose del soluble tradicional.
En los próximos meses, la empresa planea incorporar nuevos orígenes, como Guerrero, ampliando el portafolio de cafés regionales. El proyecto forma parte del objetivo de Nestlé por consolidar un modelo sostenible de producción y consumo, alineado con su estrategia global de abastecimiento responsable.
“El consumidor de café está evolucionando”, apunta Cordero. “El consumidor de la mañana no está dispuesto a cambiar, pero hay una oportunidad para el café frío, el café saborizado y el experimentar con nuevas formas de consumo. Ahí vamos a sorprender con más innovación”.
Más allá de la productividad, la compañía asegura que su apuesta por el café local también busca generar impacto social y desarrollo comunitario. “Si el éxito no se ve reflejado en la sociedad en donde estás, se puede ver limitado en el tiempo. Puedes ser una empresa que venda más y con gran rentabilidad, pero si ese éxito no se ve reflejado estará limitado porque la sociedad se ve limitada, como consumidores y colaboradores”, afirma León.