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Pemex entierra la promesa de la gasolina a 10 pesos por litro

Bajar el precio de las gasolinas a 10 pesos por litro no será posible, pues su precio se determina con el precio de referencia internacional, el cual representa alrededor del 40% del precio final.
vie 24 octubre 2025 03:15 PM
Gasolina no podrá bajar a 10 pesos por litro.- Pemex
La gasolina regular está topada a un precio máximo de 24 pesos por litro. (Diana Gante)

La promesa de la gasolina a 10 pesos por litro, una de las banderas más recordadas de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, terminó de disiparse esta semana. Ante diputados federales, el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Víctor Rodríguez Padilla, reconoció que la empresa estatal no puede cumplir con esa expectativa, pues el mercado de combustibles en México está anclado a precios internacionales desde hace casi una década.

Durante su comparecencia ante la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados, Rodríguez Padilla fue claro al explicar que los precios nacionales no se definen en Palacio Nacional ni en Pemex, sino en el mercado estadounidense. “Los precios están alineados con el mercado internacional, el precio de las gasolinas se fija con un punto en los Estados Unidos que es Mont Belvieu, que es donde se fija el precio de la gasolina regular y la premium y después se hace un proceso de a cuánto se debe vender en México”, dijo el funcionario.

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El directivo recordó que la liberalización del mercado de combustibles se dio oficialmente en 2017, cuando se eliminó el control de precios que durante años impuso el gobierno federal. Aunque existe un tope para la gasolina regular, el mercado de los combustibles sigue abierto desde 2017 cuando se liberó, lo que implica que México ya no puede fijar precios políticamente, sino que depende de las fluctuaciones internacionales.

Rodríguez Padilla explicó que el camino hacia la homologación con los precios globales comenzó mucho antes. Al abrir el mercado de los combustibles y Pemex tener refinerías, era necesario alinearse con los precios internacionales. Recordó que los llamados gasolinazos empezaron durante el sexenio de Felipe Calderón y continuaron con Enrique Peña Nieto, cuando finalmente se alcanzó la referencia internacional con la que se buscaba fomentar la competencia con nuevos jugadores privados.

El resultado de esa política se refleja en el precio actual. El año pasado, dijo, el litro de gasolina llegó a venderse entre 27 y 29 pesos, dependiendo del estado. En regiones como Nuevo León, el impacto fue menor que en entidades del sur como Chiapas, donde los costos logísticos y de transporte encarecen aún más el combustible.

Para mitigar esa disparidad, el gobierno federal y el sector gasolinero firmaron en febrero pasado un pacto de precio máximo para la gasolina regular, con un tope de 24 pesos por litro. “Para llegar a esos 24 pesos se hicieron análisis económicos fuertes, profundos, se trabajó mucho tiempo para llegar a un precio que podía aguantar un margen de refinación, de todos los costos y de las compañías distribuidoras de gasolina”, explicó Rodríguez.

El acuerdo, vigente hasta ahora, busca equilibrar el costo para los consumidores sin romper la cadena de rentabilidad de Pemex ni desincentivar la competencia. Pero el funcionario insistió en que no se trata de un regreso al control de precios, sino de un compromiso temporal ante la volatilidad global de los energéticos.

Pese a ese pacto, el titular de Pemex aseguró que el mercado sigue abierto. La prioridad, dijo, es mantenerlo competitivo y libre de distorsiones. En ese punto, Rodríguez Padilla apuntó directamente contra uno de los factores que más daño causan a la competencia: el combustible ilegal. “Lo que no es competitivo es el huachicol, porque esa gasolina no es gasolina legal, dan precios más bajos y eso no es competitivo porque evitan el pago del impuesto”, acusó.

El funcionario subrayó que tanto Pemex como los empresarios gasolineros coinciden en que el combate al robo de combustibles es esencial para que el mercado funcione de manera justa. “Si hubiera una verdadera competencia en la gasolina el precio tendría que bajar, pero siempre tomando el precio de referencia internacional”, afirmó.

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Refinería de Cadereyta podría convertirse en una biorefinería

En medio del debate por los precios, otro tema crítico surgió: el futuro de la refinería de Cadereyta, en Nuevo León, una de las más antiguas del sistema nacional.

El complejo enfrenta una operación complicada por sus constantes y altas emisiones contaminantes que afectan directamente a la población. El gobernador del estado, Samuel García, ha sugerido la posibilidad de su cierre, tal como ocurrió con la de Azcapotzalco en los años ochenta. Pero Rodríguez Padilla lo descartó.

"La cuestión es que la refinería no la podemos mover; en todo caso la solución tendría que ser cerrar la refinería, como se hizo con la de Azcapotzalco. Sin embargo no se plantea el cierre de refinería, sino más bien optimizar sus procesos para que la contaminación esté bajo las normas”, explicó ante los legisladores.

En su lugar, Pemex contempla reconvertir parcialmente el complejo en una biorefinería que permita reducir emisiones y producir combustibles más limpios. “Vamos a tener una gasolina mixta que va a bajar los niveles de contaminación y de ahí van a depender las proporciones, pero para eso hay que hacer varios estudios, para poder pasar a los combustibles alternativos, porque eso es el futuro”, aseguró Rodríguez Padilla.

¿Seguimos siendo un país petrolero o nos vamos a la transición?

El directivo señaló que dentro de los planes de Pemex, en conjunto con la Secretaría de Energía, se proyecta construir una biorefinería en Veracruz, donde se produciría SAF (combustible sostenible de aviación) a partir de caña de azúcar, aunque también se analizará el uso de otros insumos. Esa iniciativa forma parte del giro estratégico de la petrolera, que busca pasar de ser una empresa exclusivamente petrolera a una compañía energética integral.

“Hay que tomar una decisión, ¿seguimos siendo un país petrolero o nos vamos a la transición? Eso es lo que está en el debate público, ese es el debate de la política energética en la que Pemex participa todos los días con un cuidado inteligente de los hidrocarburos, tanto en gas como en petróleo”, subrayó Rodríguez Padilla.

Según explicó, la presidenta Claudia Sheinbaum ha instruido a Pemex a avanzar en la transición energética, manteniendo una plataforma de producción de 1.8 millones de barriles diarios, aunque esa meta aún no se alcanza.

El compromiso de la estatal no solo busca sustentabilidad ambiental, sino también estabilidad productiva. La plataforma actual ronda los 1.64 millones de barriles diarios, y Pemex intenta revertir la declinación con nuevos hallazgos.

Rodríguez Padilla informó que se realizaron análisis internos para incorporar mil 700 millones de barriles de petróleo crudo equivalente como recurso prospectivo, y que en el periodo 2024-2025 se concluyó la perforación de 24 pozos exploratorios, lo que permitió aumentar las reservas en más de 400 millones de barriles.

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