El comercio marítimo visto por artistas que viven en buques portacontenedores
Los grandes buques portacontenedores que bordean las aguas profundas de Hong Kong comparten una peculiar belleza mientras se abren paso a través de uno de los puertos más importantes del mundo.
Sin embargo, uno no esperaría que de toda la carga que llevan a bordo, hay una partida que está destinada al arte contemporáneo.
Hasta que surgió el programa Container Artist Residency, la primera residencia artística en donde siete artistas contemporáneos vivieron a bordo de buques portacontenedores comerciales para crear arte que revela el movimiento de bienes, dinero y vidas humanas que se da en esta industria raramente vista.
Los viajes de los artistas han inspirado instalaciones, arte performance, escultura y dibujos, algunos de los cuales estuvieron expuestos hasta principios de marzo en la galería Para Site de Hong Kong en una exposición llamada "Creative Operational Solutions".
"El mar es la columna vertebral de la globalización y los intercambios de la cultura global", dijo sobre el proyecto Cosmin Costinas, director ejecutivo de Para Site y uno de los curadores de la exposición.
"El arte nos puede ayudar a comprender mejor el mundo en el que vivimos y los complicados intercambios, estructuras y flujos que constituyen su esencia".
Lee: Esculturas misteriosas cuestionan los límites de la forma humana
La creatividad y la mar
La idea de la residencia artística entre contenedores provino de la fundadora del programa Maayan Strauss, una artista israelí residente en Nueva York que no podía permitirse el lujo de volar de Israel a Estados Unidos mientras terminaba su posgrado en Yale en 2012.
Apelando a sus habilidades creativas, convenció a la compañía naviera israelí ZIM Integrated Shipping Ltd para que le permitiera viajar en uno de sus buques portacontenedores que viajaban desde la ciudad portuaria de Haifa a Nueva Jersey.
Strauss documentó el viaje de tres semanas en una serie de fotografías titulada Freight, capturando la inusual perspectiva de la vida en el mar, y varios años más tarde propuso convertir su propia experiencia en un programa de residencia, una idea que ZIM aceptó.
Tras una convocatoria abierta para candidaturas, un jurado encabezado por Prem Krishnamurthy, diseñador de Nueva York y cocurador de la exhibición, seleccionó a siete artistas de más de 2,000 propuestas. Los artistas fueron invitados a viajar con ZIM en la ruta de su elección, con libertad para producir su trabajo a bordo o después del viaje.
Aunque la idea de la residencia fue la primera de su tipo, otros se han embarcado desde entonces en proyectos similares.
La más conocida es la de la artista británica Rebecca Moss, quien descubrió que la vida superaba al arte cuando una residencia en un buque portacontenedores en la que participaba se suspendió a una semana de iniciado el viaje porque su compañía naviera patrocinadora se había declarado en bancarrota, dejándola varada en el mar durante 25 días.
El gran conector
El transporte marítimo es el pilar de nuestro planeta interconectado y, a pesar de un reciente declive de la industria, en 2015 una cifra récord de 10,000 millones de toneladas de mercancías fueron transportadas sobre los mares, según la ONU, casi el 80% del comercio mundial en términos de volumen.
"El espacio del mar es el gran conector del mundo", dice Costinas. "Esto lo vuelve un espacio crucial para casi cualquier otra discusión."
Apoyado en esta vertebración filosófica, Creative Operational Solutions busca comprender los efectos de un mundo cada vez más globalizado y comercial, y el impacto que ha tenido en los artistas.
"Cada vez hay menos dinero público para el arte, y el dinero privado se está convirtiendo en la fuerza dominante en la producción artística y los intercambios culturales", explica Costinas.
Lee: La tecnología es arte, el arte es tecnología
En este sentido, aunque la participación y el patrocinio de ZIM en el proyecto pueden haber sido una decisión basada en las relaciones públicas o en los beneficios de la responsabilidad social corporativa, el programa Container Artist Residency trata de enfrentar esta realidad.
En lugar de ser rehenes de las fuerzas comerciales, los artistas buscan hacer de este patrocinio y las fuerzas del comercio global el tema y la crítica de su trabajo.
Como dice Costinas, ZIM sabía que los artistas elegidos "no solo tomarían fotos bonitas del mar".
Inspiración bajo contrato
La respuesta que más se rebela contra esas limitaciones comerciales es la pieza de Mari Bastashevski, ZIM™. Compuesta por una caja de espejos llena con agua del Canal de Suez, ZIM™ incluye una cámara que toma una foto de lo que está delante de ella - la sala de máquinas, el techo, la oscuridad- cada cinco minutos y lo sube a una cuenta de Twitter específicamente creada para ello, @ZimTmRobot .
Una nota en la caja indica que la obra de arte solo estará concluida una vez que se subaste, momento en el que debe ser destruida con el martillo que la artista suministra.
Lee: La clase de arte es imperdible
Otras respuestas incluyen Voyage 51 East de Erin Diebboll, que ilustra meticulosamente el contenido de los contenedores, desconocido y sin importancia para el personal del buque que los transporta.
Del mismo modo, la obra de Christopher Page -Containment o Integration- consiste en tres cajas idénticas que pueden desmontarse y colgarse para mostrar sus interiores, que han sido pintados como el exterior de las cajas.
En la exposición de Hong Kong, dos de los interiores de las cajas fueron colgados en la pared, mientras que la tercera caja estaba completamente ensamblada.
La dupla Revital Cohen y Tuur Van Balen, que vive en Londres, empleó enormes chapas galvanizadas para destacar el tránsito global de mercancías de África a China y luego a Occidente; en tanto que el trabajo Flags of Convenience del artista húngaro Ferenc Gróf subraya la práctica de registrar los buques en países con beneficios fiscales o convenios legales.
Costinas señala que, en el contexto del actual clima político global, la exposición Creative Operational Solutions no podría haberse armando en mejor momento.
"Analiza la columna vertebral de nuestro mundo globalizado, y eso es lo que está siendo cuestionado en estos días", dice.