1. Acciones furtivas. Intentan engañar al consumidor o retrasar información clave para definir la compra de un producto. Por ejemplo: agregar productos adicionales o suscripciones ocultas sin su consentimiento informado.
2. Pruebas sociales. La abundancia de descripciones de experiencias positivas sobre algún producto o servicio que, en realidad, no se sabe qué tan auténticas son: visualización de productos, calificaciones, testimonios de origen incierto. Por ejemplo: “Hay 100 personas más viendo esta oferta en este momento”.
3. Urgencia. Imponen una fecha y hora límite para aprovechar una oferta que se vende como única.
4. Escasez. Indican a los consumidores la posibilidad de que un producto se termine pronto. “Date prisa, solamente quedan dos piezas”.
5. Desviar la atención para desorientar a los consumidores. Mensajes o imágenes para disuadir o guiar una decisión en particular. Esto puede incluir la preselección de los productos más costosos o la inclusión de accesorios innecesarios o no solicitados.
6. Obstrucción. Cuando quieres tratar de cancelar una suscripción, no hay un modo fácil y sencillo de hacerlo y te obligan a contactar al servicio al cliente vía telefónica, enviar correos o hablar con un chatbot, en todas las opciones te darán mil vueltas antes de cancelar efectivamente el servicio.
7. Confirmshaming. Es el uso del lenguaje para culpar al consumidor y avergonzarlo si rechaza una oferta. “No, gracias. No quiero un 10% de descuento ni productos gratis”.
8. Acciones forzadas. Obligan al consumidor a hacer algo para completar la compra: Registrar una cuenta o suscribirse a un boletín.
Regulación de los dark patterns
Los dark patterns son una mezcla de trucos de diseño, marketing y psicología, pero están siendo éticamente cuestionados. Tanto así que, el estado de California, en Estados Unidos, se convirtió recientemente en el primero del país en incorporar una normativa de privacidad para prohibir esta práctica.
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A través de la California Consumer Privacy Act, se prohíbe específicamente este tipo de trucos de diseño. De este modo, las empresas ya no pueden usar dark patterns para confundir a los consumidores o hacer que estos den más información personal de la que en realidad desearían dar.
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También prohíbe el uso de lenguaje confuso u obligar al consumidor a pasar por muchos obstáculos con el objetivo de disuadirlo de dejar un formulario. Se espera que la regulación vaya más allá del cuidado de datos personales y busquen regular los dark patterns que confunden a los consumidores, guiándolos a comprar cosas que aparentan ser mejores de lo que son en realidad.