Tal vez creas que eres muy joven para empezar a pensar en tu futuro. Sin embargo, no hay un mejor momento para tomar cartas en el asunto para llegar al mañana con buenas condiciones financieras que hoy.
Aunque parezca complicado porque a veces los sueldos no son tan buenos, o porque la vida cada vez es más cara y el dinero alcanza para menos, es posible que llegues a los 30 años con finanzas personales sanas e independencia financiera.
Tener independencia o libertad financiera tiene que ver con que tengas orden en tus finanzas personales, en que tengas una deuda controlada, destines una parte de tus ingresos al ahorro e inversión, puedas costear tus gastos y la posibilidad de hacerle frente a un imprevisto, explicó a Expansión Adolfo Ruiz.
Algo importante que debes tomar en cuenta es que tus ingresos correspondan a tus gastos y a tu nivel de vida. Cuando lo que ganas no corresponde con lo que gastas, vas a usar un producto crediticio para las cosas que no necesariamente se tendría que utilizar, por ejemplo, pagar el súper a meses no hará crecer tu patrimonio financiero, señaló Luis Lucido, vocero de la plataforma de financiera Bravo (antes Resuelve tu deuda).
La independencia financiera, y esa capacidad de solventar tus gastos con el tiempo se convierte en libertad financiera, es decir, con que tengas ingresos pasivos -aquellos que no requieren de tu tiempo para seguir produciendo- suficientes para vivir, subrayó Pablo Bernal, director del segmento patrimonial para Vanguard Latinoamérica.
Es importante que tengas en cuenta que tener deudas no es malo, siempre y cuando no destines más de 30% de tus ingresos mensuales para su pago y que adquieras bienes que se conviertan en activos.
“No se trata de gastar menos, sino de saber gastar, verlo de forma inteligente y establecer ciertos porcentajes en tu presupuesto que te permitan mantener la parte de tus operaciones cotidianas, tus gustos y no olvidar el ahorro”, apuntó Ruiz.
Los especialistas entrevistados compartieron una serie de consejos que te permitirán llegar a los 30 años con independencia y salud financiera.
Lo primero que tienes que hacer es elaborar un presupuesto, el cual tiene que ser realista e ir de la mano con tus ingresos, coinciden Adolfo Ruiz y Luis Lucido.
En este presupuesto contempla todos los ingresos que tienes al mes y tus gastos, sin importar si son grandes o pequeños.
No se trata de que no te des un gusto de vez en cuando, sin embargo, será importante que reduzcas algunos gastos hormiga para que te resulte más sencillo dar el siguiente paso.
En ese presupuesto tienes que incluir una parte para el ahorro e inversión. Aunque no hay una regla de cuánto ahorrar, los entrevistados recomendaron guardar entre un 5% y 10% de tu ingreso.
No ahorres lo que te sobre, incluye desde el principio, en tu presupuesto, esa cantidad que ahorrarás.
“Empieza con lo que quieras, pero hazlo consistentemente. La repetición hace que se cree el hábito”, señaló Pablo Bernal.
El primer objetivo del ahorro es contar un “colchón” que te permita hacer frente a alguna emergencia, también conocido como fondo de emergencia.
La sugerencia es que este fondo te permita cubrir entre tres y seis meses de tus gastos
“Si tienes control sobre tus deudas y un fondo de emergencia, puedes decir que tienes finanzas personales relativamente sanas”, apuntó Bernal.
Una vez que cuentas con un guardadito para emergencias, ahora sí puedes empezar a ahorrar e invertir.
Existen diferentes instrumentos con los que puedes armar un portafolio de inversión, dependiendo de tu tolerancia al riesgo y las metas que hayas planteado. Hay activos para poner a trabajar tu dinero de bajo riesgo, de riesgo moderado y de alto riesgo.
Los analistas coinciden en que es mejor comenzar a invertir lo más temprano posible, para elegir instrumentos de mayor riesgo, que ofrecen mayores rendimientos.
Una recomendación de oro al invertir y ahorrar es que lo hagas con base en metas ya sean de corto, mediano o de largo plazo, pero siempre tu inversión debe tener nombre y apellido, ya sea comprar una casa, un auto, pagar un posgrado, casarte o un viaje.
Al invertir conoce tu perfil de inversionista y sin ser un experto, conoce el instrumento en el que vas a poner tu dinero.
Pensar, por ejemplo, en el retiro es una meta de largo plazo cuando estás en tus 20. Es importante que des tus primeros pasos como inversionista entre más joven eres.
Las personas, explicó Bernal, tienen dos tipos de capital: el humano y el financiero “El capital humano es la capacidad de generar ingresos en el tiempo y se va acabando conforme crecemos. El capital financiero es lo que tenemos ahorrado o invertido. En la que a medida que el capital humano disminuye aumente el capital financiero”, detalló.
“Empieza a ahorrar e invertir lo más temprano posible por el beneficio del interés compuesto”, agregó.
El interés compuesto es el que se va sumando a tu capital inicial, sobre el cual se van generando nuevos intereses. Lo anterior provoca un afecto multiplicador ya que los intereses, sumados a tu inversión inicial, van sumando más y más intereses.
