No se deje engañar por el sólido desempeño reciente de las acciones de los mercados emergentes en comparación con las monedas: lejos de reflejar el sentimiento favorable al riesgo, se debe principalmente a la falta de opciones de los inversores en medio de un exceso de liquidez.
Las monedas de los países emergentes no se benefician del optimismo en la Bolsa
Un repunte en las monedas de los mercados emergentes requeriría expectativas de crecimiento real, que no podrían estar más lejos de la realidad. La pandemia está lejos de estar bajo control en países como Brasil e India, y una recuperación económica consistente no está en el horizonte. El aumento de la tensión entre Estados Unidos y China también se suma al sentimiento de aversión al riesgo.
Los inversores parecen estar comprando acciones, no con la apuesta de que el mundo se dirige a una recuperación en forma de V, sino porque tienen un exceso de efectivo disponible y no tienen ningún rendimiento para recolectar entre las opciones más seguras.
Un ejemplo es el precio por acción del lunes: mientras que los futuros del S&P subieron 0.8% y los índices bursátiles en Europa ganaron de 2%, las principales monedas de los mercados emergentes como el peso mexicano, el rand sudafricano y el real brasileño –que generalmente responden positivamente al sentimiento de riesgo– enfrentaron pérdidas significativas.
No ayuda que sea el comienzo de un nuevo mes, un momento en que los inversores suelen ajustar su posicionamiento. El período ha sido históricamente negativo para las monedas de los mercados emergentes. El índice de MSCI tuvo un agosto negativo en siete de los últimos 10 años.
Mayo y noviembre también han sido meses particularmente malos.