Bastó un tuit del empresario Elon Musk para que el dogecoin, una criptomoneda que comenzó como una broma, duplicara su precio en unos instantes. Por ahora, el valor del este cripto-activo inspirado en un meme se ha multiplicado por 56, impulsado por campañas masivas en redes sociales, incluyendo hashtags y tuits del fundador de Tesla, un ferviente seguidor y vocero de las criptomonedas. Su caso muestra la 'locura' que se vive en los mercados con estas divisas digitales, que cada día ven cómo su precio se dispara o se desploma, con movimientos bruscos que causan infartos entre los inversionistas. ¿Por qué ocurre esto?
El vaivén muestra el poder que tienen los llamados 'inversionistas minoristas' —aquellos que actúan a nivel individual, sin gestores financieros o de fondos detrás— en el movimiento de estos activos. “Hay mucho inversionista retail que tiene dinero de sus ahorros del año pasado, más los cheques de estímulos en Estados Unidos. La verdad es que la gente tiene actualmente, al menos en Estados Unidos, bastante dinero en el banco, y eso te permite que aumente la especulación en este tipo de activos”, dice Luis Gonzali, director de inversiones en México del gestor de activos Franklin Templeton.