La Cámara de Restaurantes busca el apoyo del gobierno para llenar las mesas

“Necesitamos hacer un gran esfuerzo y reconstruir el sector, reinventarnos, levantarnos y sobrevivir. Hemos demostrado que jugamos un papel importante en el desarrollo del país, pero necesitamos que nos respalde la gente y necesitamos que nos respalde el gobierno... Se necesitan decisiones importantes para poder acelerar la reactivación del sector”, declara.

Como parte de estas acciones, considera que autoridades locales y federales deben establecer programas que, además de la parte fiscal, consideren el otorgamiento de créditos para que los restauranteros que tuvieron que cerrar puedan volver a abrir los locales. “Ahora lo que nos toca en la Cámara es charlarlo y presentar las necesidades para conseguir algún tipo de apoyos para poder construir este regreso”, puntualiza.

La crisis es la más dura que le sector ha enfrentado y ya se avizoraba que las medidas que se han emprendido para la reactivación eran insuficientes. Y aunque las condiciones han cambiado un poco, porque los aforos permitidos han aumentado en algunas entidades clave, como la Ciudad de México.

Hasta ahora, Canirac contabiliza que cerca de 120,000 restaurantes en el país no lograron sortear la crisis y tuvieron que cerrar de forma definitiva. Esto significa la pérdida de 400,000 empleos de los cuales 160,000 son directos, de acuerdo con German González.

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“Estamos hablando de miles de personas que perdían su trabajo, pero también otros que perdieron su patrimonio y gente que ha dejado de percibir el ingreso, eso hace que sea muy importante la reactivación y esta crisis se dio porque nos ordenaron cerrar”, comenta.

Recuperación

Los restauranteros son uno de los gremios que más ha sufrido los daños económicos de la pandemia. Llevan un año con cierres, horarios recortados y aforos reducidos como parte de las normas para limitar la movilidad, pero con la desaceleración en los nuevos contagios de COVID-19 el panorama va cambiando.

En la Ciudad de México los aforos aumentaron de 20 a 40%, mientras los comensales son atendidos en terrazas, estacionamientos o locales abiertos, sin cristales en las ventanas, para permitir la circulación del aire. El año pasado las ventas representaron la mitad de lo registrado en 2019, mientras que los dos primeros meses del año fueron complejos para la industria debido a los cierres por la segunda ola de contagios de coronavirus.

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La buena noticia es que ya hay algunos indicios de recuperación. En marzo y abril los ingresos ya representan el 70% de los que se obtuvieron en 2019, las cifras antes de la pandemia. Esto, opina Gutiérrez, también es resultado de la confianza que generan los operadores al cumplir con las medidas de distanciamiento y seguridad para evitar los contagios, las cuales se encargan de verificar se cumplan, de la mano de las autoridades locales.

Sin embargo, una recuperación total aún está lejos de suceder, y el presidente de la Canirac estima que pasarán cerca de cinco años antes de que los 120,000 locales que cerraron vuelvan a abrir sus puertas y con ellos recobrar puestos de trabajo, ingresos y el valor que tenían antes de la crisis de salud.

“De ahí la necesidad de hacer programa de recuperación acelerada. En el contexto que vivimos, lo importante es implementar estrategias tanto a nivel nacional como local, que equilibren la economía y la salud. Hoy es muy importante encontrar certeza jurídica para poder planear, para poder tomar decisiones de volver a invertir, de tomar otro local. Y necesitamos este tipo de certeza y visibilidad para poder reactivar las inversiones en el gremio”, declara.