Al inicio de la actual década, la escalada de precios de las materias primas como el maíz, el cobre y el paladio, entre otros, comenzaron a alimentar la expectativa del inicio de un nuevo superciclo. “Se están acomodando las posiciones para que estos incrementos que estamos viendo ahorita acaben en lo que se conoce como un superciclo”, afirma Ana Azuara, analista de la institución financiera Banco Base.
Para Saurabh Lele, analista de commodities de Loomis Sayles, filial del gestor de activos Natixis, el rally que observamos aún está lejos de parecerse al inicio de un superciclo. “Para estar en un superciclo, necesitaríamos un cambio estructural más alto en la demanda o expectativas de inflación más altas. Ambas se esperan sean transitorias, por ahora”, dice Lele.
Lo cierto es que el alza en los precios de las materias primas continúa. Uno de los últimos precios de las materias primas que tocó niveles récord fue el de la madera. En lo que va del año, los futuros de la madera acumulan una ganancia de 124.2%, para ubicarse en 1,608 dólares.
No será el último incremento que veremos en las materias primas. El banco de inversión estadounidense Goldman Sachs prevé que el precio del crudo Brent subirá a 80 dólares el barril, mientras que el crudo referente estadounidense West Texas Intermediate, que ronda entre los 65 dólares, tocará los 77 dólares por barril, según Reuters.
En las materias primas, usualmente, hay un desequilibrio entre la oferta y la demanda, porque la producción no ocurre de la noche a la mañana. En el caso de la madera, por ejemplo, a un árbol le toma décadas crecer, señala Azuara. Lo mismo pasa con la explotación de una mina o de un pozo petrolero.
En décadas pasadas, los superciclos de los commodities, normalmente, han coincidido “con períodos de rápida industrialización en la economía”, comenta Azuara. Fue el caso de inicios de este siglo con la industrialización acelerada en China y la integración de este país a la Organización Mundial de Comercio.
Ahora, los analistas coinciden en que el impulso en los precios de los commodities se debe a un relajamiento en las restricciones por la pandemia de la COVID-19, cuellos de botella en las cadenas de suministro, políticas más agresivas para recortar emisiones de gases contaminantes, incentivos fiscales y tasas de interés bajas. Pero, por estas mismas razones, los analistas consultados mantienen cautela en denominar este incremento como un superciclo.
Para Lele no hay aún un país emergente que “reemplace la demanda de China”. De existir un potenciador en la demanda provendría de la inversión sostenible, pero Loomis Sayles estima que es una transición a largo plazo.