En resumen, el proyecto busca “tirar el paradigma establecido por un largo tiempo” e iniciar una “revolución”. Incluso en este documento se reconoce que shiba inu es un “experimento en la construcción de una comunidad espontánea descentralizada”. Estas palabras han logrado reunir a un número de personas suficientes como para que sea notoria su presencia en redes sociales a través del hashtag #ShibaArmy, como concluye la introducción en el reporte de shiba inu.
A diferencia de bitcoin, esta criptomoneda no tiene su propia cadena de bloques y corre a través de la tecnología de ethereum. Lo que explica el siguiente punto: 50% del total de 1,000 billones de shiba inu creadas se depositaron a Vitalik Buterin, cofundador de la cadena de bloques de ethereum. La otra mitad se depositaron en la bolsa descentralizada de intercambio de criptomonedas Uniswap.
Shiba inu, que surgió como una burla hacia dogecoin, se posiciona en noveno lugar con 37,319 millones de dólares (mdd) en valor de mercado. Debajo de esta criptomoneda, se ubicó dogecoin que acumuló 36,127 mdd, de acuerdo con datos recabados por el sitio especializado Coinmarketcap.
Aún con su meteórico ascenso, ambas están lejos de cruzar el dólar por activo. Por ejemplo, la criptomoneda shiba inu escaló 932% durante el mes pasado. Sin embargo, su precio es apenas una pequeña fracción de una centésima de dólar con cuatro ceros por delante (0.000074, al cierre de octubre).