Aunque el sector energético no estaba específicamente en el punto de mira, las sanciones, que han apuntado a las transacciones financieras y a los bancos, han obstaculizado la capacidad de exportación de Rusia, que enviaba diariamente entre 4 millones y 5 millones de barriles de petróleo a todo el mundo, más que cualquier otro país aparte de Arabia Saudita.
"El escenario realista actual es que una gran parte del crudo ruso, así como de los productos petrolíferos refinados, dejará de ser perceptible en el mercado y creará un déficit de suministro mientras dure el conflicto armado", dijo la analista de Rystad Energy Louise Dickson.
Los índices de referencia mundiales se alejaron de los máximos anteriores después de que el Brent alcanzó su nivel más alto desde 2014, mientras que el crudo estadounidense subió a un pico no visto desde 2011.
Los futuros del crudo Brent alcanzaron un máximo de 113.94 dólares por barril antes de bajar a 110.09 dólares, un aumento de 5.12 dólares o un 4.9% en el día.
Los futuros del crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) alcanzaron un máximo de 112.51 dólares por barril, y subían 4.64 dólares, o un 4.5%, a 108.05 dólares.
Ambos contratos recortaron ganancias después de que el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, dijo que el banco central subirá las tasas de interés varias veces para sofocar la inflación.
“La destrucción de la demanda -a través de precios aún más altos- es ahora probablemente el único mecanismo de reequilibrio suficiente", dijo un analista de Goldman Sachs en una nota.
El alivio en forma de más oferta es poco probable a corto plazo. La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, entre los que se encuentra Rusia, mantuvieron su plan a largo plazo de aumentar la producción en sólo 400,000 barriles diarios en una breve reunión celebrada el miércoles.