El fortalecimiento del dólar, el aumento del precio de las materias primas y la poca demanda en el mercado de dinero hacen que algunas monedas, particularmente de economías poco desarrolladas o emergentes, resientan aún más la volatilidad que se ha generado por el conflicto geopolítico en Ucrania, la crisis energética en Europa, la desaceleración económica mundial y la alta inflación.
Estas son las monedas más depreciadas del mundo en 2022
Las monedas más débiles
En los primeros ocho meses del 2022, las principales monedas que se han depreciado frente al dólar son la rupia srilanquesa, con 43.89%; el cedi ghanés, con 37.78%; el kip laosiano, con 26.81%; la lira turca en 26.78%; el grivna ucraniano, con 25.69%; el peso argentino, con 25.22%; nuevo dinar sudanés en 22.74%; el forínt húngaro, con 21.34%; el kwacha malauiano, con 20.67% y el leone de sierra leona, con 20.65%.
“Ante la posibilidad de que sigan aumentando la tasa de interés en los países desarrollados, se vuelve más atractivo enviar los ahorros a esos países porque estarán pagando más y, en un principio, al ser países desarrollados, implicará un menor riesgo. Esto ante los temores de que se presente una recesión. Si esto sucede, seguirá la misma tendencia de las últimas semanas y las monedas de países emergentes se depreciarán de manera importante frente al dólar”, comentó Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex.
Otras monedas depreciadas son la rupia paquistaní, con 20.21%; la libra egipcia, con 18.68%; la gurda haitiana, con 18.11%; yen japonés; con 15.69%; el zloty polaco, con 15.05%; la corona sueca, con 14.49%; el dólar surinamés, con 13.9%; la libra esterlina, con 12.56%; la corona danesa, con 12.29% y el euro, con 12.27%
La depreciación del euro y de otras monedas desarrolladas se debe a las presiones en su diferencial de tasas de interés con Estados Unidos. Además, se suma la incertidumbre sobre el comportamiento de su economía por los problemas geopolíticos y energéticos.
La caída del euro frente al dólar estadounidense aumenta los costos de importación (por ser un socio importante para la región), lo que agrava el aumento de los precios de la energía y el repunte de la inflación. “Durante años las empresas europeas anhelaban un euro más débil, y ahora que está presente los tiempos no favorecen esta idea debido a toda la coyuntura que envuelve a la zona con la guerra entre Rusia y Ucrania, la crisis energética, el invierno a la vuelta de la esquina y la inflación en máximos históricos”, aseguró Eduardo Ramos, analista de mercados financieros de ATFX Latinoamérica.
¿Por qué se deprecian las monedas?
Una precisión conceptual que hay que considerar es que la devaluación y la depreciación son cosas diferentes. La devaluación de una moneda se da cuando el régimen cambiario es fijo, como sucedía en México a mediados del siglo pasado. Por otro lado, cuando hay un tipo de cambio flexible, el concepto que se utiliza es una depreciación.
Tras el COVID-19, las autoridades monetarias disminuyeron sus tasas de interés con la finalidad de estimular la actividad económica y ayudar a que la recuperación fuera más rápida, luego de las afectaciones por los cierres en algunos sectores.
Este tipo de políticas suele aumentar la inflación, pues las personas consumen más. Ahora con la inflación en máximos de varias décadas, lo que hacen los bancos centrales es tratar de retirar ese dinero con políticas restrictivas (subiendo las tasas). Lo que hace más atractivos los instrumentos de países desarrollados, aumentando la demanda de sus divisas y disminuyendo las de los emergentes.
Otro factor importante en las fluctuaciones de la mayoría de las divisas en el mundo se explica también por un reacomodo de portafolios de inversión, lo que genera volatilidad.
Según especialistas, en mayor medida las monedas se deprecian o aprecian por las grandes leyes de la economía: la oferta y la demanda. Al igual que cualquier producto en el mercado. Tomaremos como ejemplo el dólar (referente en el comercio internacional), que, en caso de incertidumbre, los inversionistas recurren a él como refugio ante otros activos más riesgosos (como las monedas emergentes). Al aumentar su demanda, la divisa se aprecia.
La depreciación representa muchas veces una desventaja para los países ante la situación actual, ya que aumenta los costos de importación (los productos comprados en el exterior se vuelven más caros), lo que agrava el aumento de los precios de las materias primas y la inflación. Por ejemplo, la depreciación de euro en las últimas semanas, ha representado un importante reto en costos para las empresas en esa región, ya que deben de pagar más (si los productos se pagan en dólares), lo que se traduce en mayores precios en productos y más inflación para el consumidor final.
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Una herramienta útil para regular la demanda y oferta de divisas en el mercado han sido las tasas de interés que emiten los bancos centrales. En caso de subir la tasa de interés, el costo de contratar créditos al consumo, vivienda, servicios o cualquier otro bien, aumentarán de manera importante, por lo que el consumidor restringirá su intento de comprar bienes y servicios, y sus precios tenderán a bajar. En sentido contrario, el objetivo de bajar la tasa de referencia será incentivar el consumo.
“Los que son usuarios de operaciones cambiarias se verían afectados por variaciones en el precio de las divisas. Se le vincula mucho al tema de la inflación, ya que muchos de los productos que consumimos son importados, sobretodo de Estados Unidos, por ende si el peso mexicano perdiera valor, tendría implicaciones de una mayor inflación”, mencionó James Salazar, subdirector de análisis económico y bursátil de CI Banco.