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Inversión anti ASG, una tendencia creciente

Grandes inversionistas, como gobiernos estatales de EU, están retirando sus capitales de los fondos con perspectiva ambiental, social y de gobernanza.
lun 17 abril 2023 05:00 AM
hombre en trahe reganfo una planta con monedas de base
Algunos inversionistas están optando por centrarse en los rendimientos sin considerar factores ASG.

En medio del creciente interés por la inversión responsable, un grupo de personas y firmas apuestan por todo lo contrario. O mejor dicho, por aquello que dé más rendimientos. La inversión responsable, es decir, aquella que incorpora principios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG o ESG, por sus siglas en inglés), tuvo un año de ensueño en 2021, cuando a nivel mundial los instrumentos así etiquetados captaron entradas por 1.1 billones de dólares, un récord. Sin embargo, el panorama ha cambiado.

En 2022, los emisores, gobiernos y empresas participantes en el mercado de bonos etiquetados como verdes, sustentables, sociales o vinculados a la sustentabilidad recaudaron 863,000 millones de dólares, una caída del 19% respecto a 2021. Se trata de la primera contracción anual desde que surgieron los bonos verdes en 2007, de acuerdo con datos de Bloomberg.

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No solo eso, otro estudio realizado por Bloomberg revela que los grandes bancos cada vez mencionan menos los temas ASG. De acuerdo con la investigación, ejecutivos de JPMorgan, Bank of America, Citigroup, Morgan Stanley, Goldman Sachs, Wells Fargo y BlackRock cubrieron temas relacionados con ASG solo cuatro veces en la ronda de reportes de resultados del tercer trimestre del año pasado, por debajo de un máximo de 47 menciones en el segundo trimestre de 2021. Bloomberg señala como posibles factores el temor a una recesión, que desincentivaría la inversión ASG, y la cautela para evitar provocar a los políticos republicanos en Estados Unidos, que han emprendido campañas anti ASG.

En agosto, Glenn Hegar, contralor de Texas, señaló que hay firmas financieras que boicotean a las compañías de energía teniendo como escudo los criterios ASG. Entre las que mencionó se encuentran BlackRock y UBS.

Después, el 1º de diciembre, Jimmy Patronis, oficial principal de Finanzas (CFO) del estado de Florida (cuyo gobernador, Ron DeSantis, es un posible candidato a la presidencia de Estados Unidos en 2024), anunció que el estado retiraría 2,000 millones de dólares (1,400 mdd en instrumentos a largo plazo y 600 a corto plazo) de su propio plan de pensiones administrado parcialmente por BlackRock. Este monto representa aproximadamente el 0.02% de los 8 billones de dólares de los activos que maneja BlackRock, y menos del 1% de los fondos para inversión del estado de Florida.

“Los gobiernos locales están sacando inversiones de fondos como BlackRock, porque el deber fiduciario de los administradores en Estados Unidos es maximizar resultados a los inversionistas y, si por alguna razón, aunque sea para generar impacto social positivo, ellos no están maximizando este resultado, entonces sacan el dinero de ese fondo”, dice Marcel Fukuyama, responsable de política global de B Lab Global.

Florida no ha sido el primer estado en realizar desinversiones de BlackRock. Hasta ahora se le suman 794 mdd de Louisiana, 543 mdd de Arizona, 500 mdd de Missouri, 200 mdd de Carolina del Sur, 125 mdd de Arkansas, 100 mdd de Utah y 21.8 mdd de Virginia Occidental. Un total de 4,284 mdd.

“En EU, los temas ASG afectan mucho a las empresas petroleras, pues los fondos ASG tienden a subponderar las energías fósiles y, desde el punto de vista político, no les agrada que un fondo no esté invirtiendo en esas compañías”, comenta Ramsé Gutiérrez, codirector de Inversiones de Franklin Templeton México.

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A eso se le suma el hecho de que, en 2022, el sector petrolero fue uno de los que tuvo mejor rendimiento, debido a que el conflicto geopolítico entre Ucrania y Rusia aumentó los temores de que se viera afectada la oferta de este producto y se elevaron los precios. Por lo que algunos fondos que no invierten en energías fósiles tuvieron un subdesempeño frente a los que sí lo hacen.

El último clavo para los grandes fondos fue por parte de Dale Folwell, tesorero del estado de Carolina del Norte, quien le pidió a Larry Fink, CEO de BlackRock, renunciar a su postura a favor del ASG.

Pero BlackRock mantiene su posición. “Como fiduciario, todo lo que hacemos tiene como único objetivo generar rendimientos para nuestros clientes. Estamos sorprendidos por la decisión del director financiero de Florida, dados los sólidos rendimientos que BlackRock ha brindado a los contribuyentes de Florida durante los últimos cinco años”, señaló la firma tras la decisión del estado. “Nos preocupa la tendencia emergente de iniciativas como esta, que sacrifican el acceso a inversiones de alta calidad y, por lo tanto, ponen en peligro los rendimientos, lo que, en última instancia, perjudicará a los ciudadanos de Florida. Los fiduciarios siempre deben valorar el desempeño por encima de la política”.

El que sí modificó su postura fue Vanguard, que en diciembre anunció que abandonará la iniciativa Net Zero Asset Managers, que fue lanzada en 2020 por un grupo de gestoras de activos internacionales y en la que, a la fecha, se han sumado 301 firmas que en total manejan 59 billones de dólares en activos entre los que figuran BlackRock, Credit Suisse, BBVA o UBS, entre otras. Esta iniciativa se creó para alentar a los fondos a alcanzar objetivos de cero emisiones netas para 2050.

Vanguard mencionó en un comunicado que la decisión de salir de Net Zero Asset Managers se tomó con el fin de demostrar que actuaba de forma independiente y buscando siempre proporcionar la mayor claridad posible al cliente sobre sus puntos de vista. Expansión buscó a Vanguard México, pero la firma no dio comentarios al respecto.

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Otros movimientos

Además de las desinversiones, existen otros movimientos anti ASG, como la creación del fondo cotizado (ETF) ‘God Bless America’, gestionado por Curran Financial Partners, que cotiza en el NYSE con el ticker de YALL. Este instrumento está compuesto por empresas con capitalización de mercado con más de 1,000 millones de dólares y elimina a aquellas que han enfatizado el activismo político y las agendas sociales a expensas de los rendimientos de los accionistas. Desde que se creó, el rendimiento de YALL ha sido de más de 600 puntos base superior al ETF ESGU, el fondo cotizado de BlackRock a favor de compañías ASG.

Así como este ETF, han existido otros fondos políticos, como el GOP Stock Tracker ETF (que cotiza con el ticker MAGA), que tiene como objetivo invertir solo en empresas que se alineen con las tendencias políticas republicanas.

A medida que la industria de la gestión de activos continúa lanzando productos que aprovechan el creciente atractivo de varias causas ASG, están surgiendo señales de una nueva vida en una categoría de nicho anti ASG, y es posible que con el tiempo existan otros ETF de este giro. Por lo pronto, su capitalización de mercado no es lo suficientemente grande para tener un impacto mayor.

Para Gutiérrez, solo es un tropiezo. “Al final, la mayoría de los inversionistas van a seguir requiriendo más y más que la inversión que se haga con su dinero sea responsable. Eso es lo que va a jalar la balanza hacia que el mundo invierta de manera responsable. Y ante eso, aunque se pierdan algunos fondos estatales, todas las firmas de asset management vamos a seguir invirtiendo en ASG porque es lo que más piden los clientes”.

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