En ese sentido, el gasto no dependerá tanto del tamaño de la empresa, sino del sector al que pertenezca, agregó Lozano Meade.
No todos los sectores ni todas las empresas tienen los mismos requerimientos energéticos, de recursos naturales, ni tienen el mismo impacto en el ambiente. De ahí que las necesidades dependerán más del sector al que pertenezcan que a su tamaño
De acuerdo con una encuesta hecha por Roland Berger México a 100 empresas sobre planes ESG, el 25% de las empresas tienen algo, algún plan o tienen algún statement. De esas 25 empresas, 83% tienen algún tipo de meta cualitativa o cuantificable, el 8% tiene metas más cualitativas y el 9% no tiene un plan definido. Asimismo, un 75% mostró que tenían un mapa de ruta más específico de implementación de sus iniciativas y solo 33% de las empresas reportan los KPIs de cómo van avanzando.
Adoptar nuevos procesos de medición y reporte sobre riesgos climáticos y emisiones podría requerir capacitación y personal calificado, así como recopilar, analizar y reportar información precisa y confiable sobre riesgos climáticos. Requiere sistemas de gestión de información robustos, “lo que puede ser un reto particularmente relevante para las empresas más pequeñas o con recursos limitados”, alertó Jiménez Zorrilla.
¿Cómo incluir el riesgo climático?
Garza Salazar, quien también es socio de la firma Eztellum, dedicada a asesorar a firmas públicas y privadas en temas de cumplimento de temas ESG, señaló que hay una serie de mediciones que se pueden aplicar para cumplir con este tipo de regulaciones.
"Hemos desarrollado una metodología que incluye más de 300 variables en cada uno de los tres ámbitos (ambiental, social y de gobernanza)”, explicó Garza Salazar, y señaló que el tiempo que le toma a una empresa incluir los riesgos climáticos en sus reportes va de 12 a 24 meses, según la experiencia que han tenido en Eztellum.
“Quienes cumplan van a tener ventajas competitivas, a nivel consumidor, así como en la adquisición del dinero, tasas y las herramientas financieras a las que puedan acceder. Todo se está alineando para que esto, de alguna manera, funcione mejor”, aseguró Lozano Meade.
“Estas prácticas también pueden mejorar la reputación corporativa, facilitar la anticipación y adaptación a futuras regulaciones, y contribuir positivamente al desarrollo sostenible, situando a las empresas en una posición favorable ante tendencias globales y expectativas de los grupos de interés (stakeholders)”, agregó Jiménez Zorrilla.
No se puede pasar por alto el hecho de que, “aumentar la divulgación de información sobre riesgos climáticos expondrá a las empresas a un mayor escrutinio y, potencialmente, a investigaciones regulatorias y litigios, especialmente si la información proporcionada es inexacta o engañosa”, comentó, el socio de Von Wobeser y Sierra.