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El mundo se asomó al colapso financiero y Trump cedió antes del desastre

La venta masiva y rápida de bonos del Tesoro estadounidense creció la posibilidad de una crisis derivada de la política arancelaria del mandatario.
jue 10 abril 2025 05:55 AM
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Trump cedió este miércoles con una pausa de 90 días en su guerra comercial.

La inusual tensión financiera derivada de los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump registró ayer una de sus señales más graves con el incremento en los rendimientos y venta masiva de los bonos del Tesoro a 10 y 30 años, un foco rojo que presagió una debacle de mayor tamaño y provocó que el mandatario cediera con una pausa de 90 días en su guerra comercial.

Desde la madrugada del miércoles, mientras los mercados operaban en Asia, los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años subieron hasta 4.5%, desde 3.9% apenas dos días antes, mientras que los de 30 años llegaron a 5%. Los movimientos en esos activos, considerados tradicionalmente como un refugio en tiempos de volatilidad, suelen ser pequeños y se dan a lo largo de varios días o incluso semanas.

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Además, estos rendimientos generalmente caen cuando los precios de las acciones tienen un desplome derivado de la incertidumbre bursátil, como ha sucedido desde la semana pasada que se anunciaron los aranceles, y en la que el S&P 500, el principal índice bursátil de Estados Unidos, acumuló una baja de 12%.

La explicación es simple: cuando las acciones caen, los inversionistas aumentan la demanda de bonos, con lo que el precio de estos instrumentos sube y su rendimiento baja. En esta ocasión, la reacción fue al revés debido a dos factores: el temor a una estanflación en Estados Unidos, es decir la letal mezcla de recesión económica con inflación alta, y a la venta masiva y acelerada de los fondos de cobertura que dejaron de ver a los bonos estadounidenses como un refugio, a la par de que la economía global se acercaba al abismo de una recesión.

Juan Lozada, subdirector de Análisis de Mercados de Banamex, explicó que la expectativa de más inflación en EU presagió menos recortes a la tasa de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), lo que suponía un menor empuje para la economía de la nación más rica del planeta.

Además, una estrategia común de los fondos se basa en apostar al diferencial entre el bono del Tesoro y su futuro correspondiente, detalló Luis Gonzali, vicepresidente y co-director de Inversiones en Franklin Templeton México. El rendimiento del bono por sí solo no es atractivo, así que lo que hacen es apalancarse, es decir, pedir prestado para incrementar el monto de la operación y multiplicar ganancias o pérdidas por 20, 50 o incluso 100 veces.

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El problema es que estas operaciones, al estar altamente apalancadas se vuelven extremadamente sensibles a los cambios del mercado y con la guerra arancelaria de Trump la estrategia dejó de funcionar y empezó a presentar pérdidas, por lo que los fondos, que manejan alrededor de 2 billones de dólares, empezaron a vender de manera rápida.

“Fueron muchos queriendo salir por la misma puerta”, dijo Gonzali. “Provocó ventas desordenadas en el mercado y las tasas de los bonos subieron”.

Por si fuera poco, momentáneamente se registró una crisis de liquidez: quienes querían vender no encontraban comprador, una combinación fatal para cualquier mercado. Las operaciones eventualmente se destrabaron, añadió el analista de Franklin Templeton, quien recordó que en 2020, en plena pandemia de Covid 19 se presentó una crisis similar, más profunda, y la Fed intervino con la compra de varios activos.

El primero en parpadear, pierde

Pese a las señales adversas de los mercados desde hace días, Trump se mantuvo firme en su postura de arrancar una guerra arancelaria global, sin importar las consecuencias en las bolsas del mundo, la pérdida masiva de valor para millones de empresas y las propias quejas de su círculo cercano, incluyendo Elon Musk.

Sin embargo, en esta batalla de miradas entre Trump y el resto del planeta, el mandatario parpadeó primero y con razón.

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La subida en los rendimientos de los bonos del Tesoro tiene un impacto más allá del mercado y conlleva un incremento en el costo de hipotecas, préstamos, tarjetas de crédito y otros productos, dado que es un indicador al cual están atados. Casi de inmediato, el mercado de bonos habría provocado que la tensión financiera se volviera una pesadilla para la realidad de millones, con un golpe directo a su bolsillo.

Además, el comportamiento inusual del mercado no solo fue un síntoma del rechazo a los aranceles, sino una señal de que las cosas podrían ser peores.

“Este tipo de movimientos tan agresivos en los bonos se ha visto antes en situaciones económicas difíciles, lo que refuerza la posibilidad de que una recesión esté en camino”, señaló Renato Campos, analista de Squared Financial.

El diferencial entre los bonos de corto y los de largo plazos es otro termómetro que usa el mercado para predecir posibles recesiones. Lo normal es que entre mayor sea el plazo de vencimiento del bono, mayor también sea el rendimiento.

Cuando esto es al revés, es decir que el corto plazo ofrece mayor rendimiento que el largo, se dice que la curva está invertida y es presagio de una recesión inminente. Ayer eso no ocurrió, pero un personaje de la talla de Jamie Dimon, CEO de J.P. Morgan Chase, afirmó en Fox Business por la mañana, mientras el mercado enloquecía, que EU se dirigía probablemente a una recesión; eso bastó para que Trump reconsiderara su postura.

Un respiro al mercado

Ante un escenario financiero no visto desde la pandemia, la Casa Blanca anunció la moratoria de 90 días en los aranceles presentados la semana pasada, con la excepción de China, a favor de una tasa general de solo 10% a nivel global.

Apenas se dio el anuncio, los indicadores bursátiles repuntaron. El S&P 500 cerró con un alza de 9.9%, su mejor jornada desde marzo de 2020, mientras que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 y 30 años recortó su alza y cerraron en 4.3% y 4.7%, respectivamente.

De acuerdo con Campos, de Squared Financial, la administración Trump genera una incertidumbre que afecta directamente tanto a los mercados financieros como a la economía real, con un impacto negativo en las previsiones de crecimiento económico y empleo en EU.

La pausa de los aranceles disminuye las presiones inflacionarias de Estados Unidos, aunque Gonzali advirtió que es muy probable que el país entre en recesión. Con una inflación controlada, la Fed tiene más margen de maniobra para recortar las tasas de interés, incentivar el consumo y reactivar la economía, pero no parece ser ya suficiente.

Con un panorama menos fatalista, los inversionistas regresaron a comprar bonos del Tesoro y ayudaron a destrabar el mercado. Y aunque el papel de estos instrumentos como refugio seguro se rompió, se trata de un evento temporal.

“Son movimientos de corto plazo que están haciendo que los bonos no funcionen como deben funcionar, pero el mercado debería estabilizarse y los bonos retomarán su papel tradicional”, comentó Gonzali.

El mercado regresa a una nueva normalidad, aunque la volatilidad por la incertidumbre del siguiente paso del ocupante de la Oficina Oval es un factor a considerar. Y a pesar de que se disipó el temor inmediato, los expertos coinciden en que las dudas en los mercados persisten.

Trump ya jaló el gatillo una vez, ¿qué lo detiene de hacerlo de nuevo?

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