E: ¿La idea de unir Corona, futbol y pandemia generó incertidumbre en el equipo?
FB: La idea llegó y la aprobamos inmediatamente porque el comité interno entendía que era un proyecto bastante fuerte. Es parte de nuestro espíritu, siempre que vienen cosas osadas y creativas, no tenemos dudas. Después viene el cómo hacerlo, ahí sí tuvimos 1,000 barreras.
AG: Nos generó el sentimiento de que esto va a pegar, de que esto es grande. Veníamos desarrollando ya una serie de actividades para ayudar a la población durante la pandemia, así que cuando surge la idea sabíamos que era la mejor que habíamos escuchado en COVID, porque podía unir a un país y entretener a todos los mexicanos. Las dudas surgieron durante la ejecución.
En el mundo del marketing editar un minuto de un spot a veces toma meses, nosotros teníamos que editar 90 minutos en poco menos de 25 días. Esto significó poner un equipo de editores, un flujo de trabajo, conseguir que Televisa nos diera el material, meter mano en material que tenía más de 70 años. La angustia de que quedaban 20 días, luego 15, ocho días. Ya había salido la comunicación y un jueves antes apenas llevábamos 88 minutos. Pero todo culmina con el león.
E: ¿Cuál consideran que fue el momento más crítico de la campaña?
AG: Hay un montón. Pero uno que me parece interesante es que estábamos creando un partido nuevo y queríamos que los pedazos de las jugadas también mantuvieran los marcadores del storytelling de nuestro partido, teníamos que asegurarnos que todo conectara, que el movimiento de un jugador de los 80 compaginara con uno de los 2000, eso era un reto. Después cuando participaron otras marcas y les ofrecimos tener vallas en el juego, tuvimos que rotoscopiar 70 años de partidos.
FB: Para mí el momento cumbre del proyecto, en el que se definía el seguir o no, fue lograr la liberación de los 70 años de contenido que tenía guardado Televisa de manera confidencial. La empresa entendió la grandeza del proyecto y aceptó. Antes era la gran idea, después se hizo viable.
E: ¿Cómo fue el trabajo con agencia independiente We Believers?
FB: Nuestra criterio de selección no va por si es una agencia independiente o no, pero sí tiene que ver con la proximidad, la cercanía y la confianza con los creativos. No hay un caso del tamaño de un Titanium donde no haya una relación casi íntima entre la marca y la agencia. Y esto lo conseguimos con We Believers.
AG: Cuando pasa el tema del anunció del León y nos confirman que fuimos ganadores, hay un momento en el que a la presidenta del jurado de la categoría (Susan Credle, directora creativa de FCB Global) le preguntan sobre su sentir por juzgar todos estos casos y dice algo de nuestra presentación que me pareció espectacular: “Cuando hablamos con el cliente y la agencia, por un momento podíamos intercambiar papeles y la persona que era cliente podía ir a la agencia y al revés. Las dos personas iban al mismo lugar, se sentía que estaban trabajando de la mano, no había un ego de quién trajo la idea y quién la trabajó”. Si lo notó el jurado, que es genuino, es porque así es.