¿Donald Trump toma medicamentos para la calvicie?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está tomando un fármaco para la próstata que suele recetarse para contrarrestar la calvicie, según declaró su médico, Harold N. Bornstein, al diario estadounidense The New York Times en una entrevista que se publicó el miércoles el 1 de febrero. También se aseguró de afirmar que el presidente tiene la cabellera completa.
El gastroenterólogo neoyorquino agregó que Trump está tomando antibióticos para controlar la rosácea, un trastorno de la piel que causa enrojecimiento.
Un alto funcionario de la Casa Blanca dijo que Bornstein no tenía permiso de Trump para hablar de su salud con el Times.
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El médico declaró a la publicación que no ha tenido contacto con su paciente desde que se volvió presidente. Trump había visitado su consultorio todos los años desde 1980 para hacerse chequeos anuales, colonoscopias y otras pruebas de rutina.
Durante la campaña, el médico de Trump reveló que estaba tomando rosuvastatina y aspirina en dosis bajas para reducir el riesgo de ataques cardíacos.
Bornstein quedó bajo escrutinio por una carta en la que describió la salud de Trump; la carta terminaba así: "Si lo eligen, puedo afirmar inequívocamente que el sr. Trump será el individuo más sano que hayan electo a la presidencia ".
Otros médicos opinan que la conclusión de la carta es poco profesional y dijeron que Bornstein había usado palabras raras y términos incorrectos desde el punto de vista médico al hablar de su paciente de alto perfil. Bornstein dijo a CNN en septiembre de 2016 que tenía prisa y que tenía pacientes en espera cuando escribió la carta.
¿Qué es el Propecia?
El Propecia es una fórmula de finasterida de dosis baja que se receta a hombres que tienen agrandamiento de la próstata y se vende también con la marca Proscar.
Al principio, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó la finasterida de 5 mg (Proscar) en 1992 para el tratamiento de los "síntomas molestos de los hombres" que tenían agrandamiento de próstata, padecimiento al que también se conoce como hiperplasia prostática benigna. En ese entonces, la FDA también aprobó el uso de Proscar para reducir la necesidad de someterse a cirugías relacionadas con el agrandamiento de la próstata y la posible retención de la orina.
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En 1997, la dependencia aprobó una fórmula de finasterida de dosis menor (Propecia) para el tratamiento de la calvicie de patrón masculina, que es el adelgazamiento gradual que provoca "entradas" o calvicie en la coronilla. La FDA no autorizó el uso de Propecia para el tratamiento de la calvicie en mujeres o en niños.
"Es un medicamento bastante común", dijo Louis Kavoussi, presidente de Urología de Northwell Health en Nueva York. Agregó que la finasterida ha existido desde hace décadas, así que su seguridad a largo plazo está demostrada.
El fármaco, que bloquea la producción de hormonas masculinas, se incluye en la clasificación de medicamentos inhibidores de la 5-alfa reductasa.
"La efectividad varía", dijo Kavoussi, quien no está relacionado con Merck ni con las empresas que producen versiones genéricas de la finasterida. Aunque a algunos hombres que la toman para la calvicie les parece "muy efectiva", a otros no. "Lo mismo ocurre con la próstata", explicó. "Algunos hombres sienten mucho alivio de sus síntomas, para otros hombres el resultado es más modesto. Depende del paciente".
Entre los efectos secundarios potenciales de la finasterida están la disminución de la libido, problemas para tener erecciones o para eyacular, dolor en los testículos y depresión. Según la información de administración de Merck (el fabricante), los pacientes que consumen el fármaco deben avisar inmediatamente a su médico si sienten cambios en las mamas, si presentan sarpullido, comezón, urticaria, hinchazón en la cara o en las manos o dificultad para respirar o tragar.
De acuerdo con Kavoussi, "la mayoría de los hombres la toleran bastante bien". Quienes presenten efectos secundarios simplemente deben dejar de tomar el medicamento y los efectos desaparecerán.
Desde hace algunos años, Merck ha lidiado con demandas de responsabilidad civil relacionadas con Propecia y Proscar.
Hasta el 30 de septiembre de 2016 se habían presentado unas 1,370 demandas de parte de personas que afirman que han sufrido efectos secundarios sexuales persistentes después de cesar el tratamiento con Propecia o Proscar. Alrededor del 50% de los demandantes afirma que el fármaco ha causado o puede causar cáncer de próstata, cáncer de testículo o cáncer de mama.
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Irwin Goldstein, fundador de San Diego Sexual Medicine, está fungiendo como testigo especialista en contra de Merck en el tribunal y le pagan por ello. Dijo que a su consultorio llegaron personas "de todas partes del mundo" buscando ayuda con los síntomas relacionados con la finasterida.
Dijo que muchos pacientes presentan "un cambio súbito o significativo en la libido", mientras que otro de los efectos secundarios comunes es la disfunción eréctil. Goldstein dijo que, además de estos efectos sexuales, el fármaco puede causar problemas en el estado de ánimo y en la cognición y puede tener efectos nocivos en la memoria y en la toma de decisiones.
Algunos pacientes creen que padecen el "síndrome posfinasterida": sus síntomas persisten aun después de dejar de tomar el medicamento.
Hasta marzo de 2015, el síndrome estaba incluido en la lista del Centro de Información sobre Enfermedades Raras y Genéticas de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, pero incluía la advertencia de que la intención no era "reconocer oficialmente" el síndrome. No obstante, los Institutos Nacionales de Salud están patrocinando estudios para entender mejor los efectos de la finasterida.
"No queremos que la gente deje de tomarlo por temor… y eso es lo malo de las demandas: la gente se queda con la impresión de que cierta cosa es muy mala", dijo Kavoussi, quien agregó que "ha ayudado a muchos hombres".
Merck declaró que las ventas del medicamento en 2015 fueron de 183 millones de dólares a diferencia del máximo de 447 millones de dólares que vendieron en 2010. Otros fabricantes empezaron a producir versiones genéricas del fármaco en 2013.
Los esfuerzos por comunicarnos con Bornstein para pedirle comentarios han sido infructuosos.