Hope Hicks, la enigmática y silenciosa asesora de Trump envuelta en un escándalo
Hope Hicks es el enigma del gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Hicks es la directora de Comunicaciones de la Casa Blanca y una de las asesoras más cercanas del presidente Trump. Aún así, nunca ha dado una entrevista a televisión. Raramente es citada. Ella es el yin del yan de la necesidad de atención de Trump.
Y justo ahora está en un terrible lugar para ser una persona tímida con la prensa: en el medio de no solo uno, sino dos escándalos de la Casa Blanca.
Hicks, de 29 años, había estado saliendo con Rob Porter, el asesor de Trump que renunció el miércoles luego de que dos exesposas lo acusaran de abuso doméstico.
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Inicialmente, la Casa Blanca trató de lidiar con el problema. Cuando el Daily Mail llamó para obtener un comentario antes de publicar la historia este martes, Hicks ayudó a defender a Porter.
Fuentes le dijeron a CNN que ella trabajó con otras personas para elaborar una declaración de apoyo que fue publicada en nombre del secretario general de la Casa Blanca, John Kelly.
El gobierno siguió defendiendo a Porter el miércoles, incluso luego de que fotos de las lesiones por el supuesto abuso fueran publicadas por los medios de comunicación.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que Porter no se iría inmediatamente. Observadores se preguntaron si la relación de Hicks con Porter era un factor.
nullAl final de este miércoles, mientras el escándalo se profundizaba, fuentes dijeron que Porter se iría el jueves.
Entre tanto, Hicks también está involucrada en la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la obstrucción de la justicia y otros asuntos.
Hicks no quiso hacer un comentario para esta historia.
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¿Quién es Hicks?
Como directora de Comunicaciones, Hicks trabaja tras bambalinas en la Casa Blanca, guiando la cobertura de prensa y facilitando algunas de las entrevistas con el presidente.
Suele ser vista yendo y viniendo en los viajes de Trump, pero nunca ha sido escuchada. La mayoría de los estadounidenses nunca ha oído su voz. El programa de televisión Saturday Live Night intentó imitarla el pasado sábado, pero el personaje no prosperó porque Hicks es muy escurridiza y por lo tanto difícil de imitar.
La buena apariencia de Hicks y su actitud amable —un reciente perfil de Town & Country la llamó "indefectiblemente cortés y respetuosa”— la convierten en un tema frecuente de chismes en Washington.
Días antes de que se publicaran las acusaciones contra Porter, el Daily Mail publicó fotos como de paparazzi de Hicks y Porter juntos, diciendo que estaban “besuqueándose” en la parte trasera de un taxi.
¿Verdad? ¿Mentira? Hicks no dijo nada. No tuitea. Ella no busca ser el centro de atención en la televisión.
Esta capa de misterio le ha dado una especie de fan fiction en Twitter de la gente de izquierda. Algunos se imaginan que algún día Keri Russell o Allison Williams interpretarán a Hicks en una película sobre cómo saboteó a Trump y salvó el país.
Algunos periodistas también han planteado la posibilidad de que ella pueda ponerse en contra de Trump.
Michael Wolff, autor del libro Fire and Fury, tuiteó una predicción el miércoles de que “Hope Hicks se vuelva el John Dean de la Casa Blanca de Trump”. Dean es el abogado que ayudó a frustrar las investigaciones del caso Watergate y luego se puso en contra del presidente Richard Nixon al revelar el rol del presidente en el encubrimiento.
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El tuit de Wolff podría estar basado en ilusiones. No está claro qué tanto él interactuó con Hicks durante el tiempo que pasó en la Casa Blanca para escribir su libro de chismes.
En Fire and Fury él dice que Trump usualmente trataba a Hicks “de una manera protectora e incluso paternal”. Pero también cita al presidente diciéndole a Hicks que ella fue “el mejor cuerpo que Lewandowski jamás tendrá”, haciendo referencia a una supuesta relación entre Hicks y el exgerente de campaña Corey Lewandowski.
Según los reportes, Hicks y Lewandowski fueron vistos en público gritándose en Manhattan en mayo de 2016, un incidente que los consignó el New York Post. Un poco de prensa desfavorable para Hicks.
Hicks, una exmodelo y profesional en relaciones públicas, no tenía experiencia política antes de que Trump la fichara para trabajar en su campaña presidencial a principios de 2015. Trump la conoció a través de su trabajo de relaciones públicas y otros proyectos para Ivanka Trump.
La mamá de Hicks, Caye, recordó su contratación de esta manera: “Trump la sentó y le dijo ‘este es tu nuevo trabajo’. Fue un desastre”.
Trump entró oficialmente a la carrera por la presidencia pocos meses después.
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"Recuerda, ella es la asistente con más tiempo de servicio" que Trump tiene con él en la Casa Blanca, dijo Olivia Nuzzi, quien hizo un perfil de Hicks para la revista GQ en 2016.
Cuando Trump ganó, la nombró “directora de Comunicaciones Estratégicas”, un nuevo cargo para un nuevo tipo de presidente. Hicks ha sido la guardiana de la mayoría —aunque no todas— de sus entrevistas.
Trump pasó por dos directores de Comunicaciones en sus primeros siete meses. Luego de que Anthony Scaramucci saliera, Hicks tomó el trabajo.
Pero los veteranos de pasados gobiernos dicen que parece un trabajo muy diferente al que tuvieron.
“La gran diferencia es que Donald Trump cree que él mismo es su propio director de Comunicaciones”, dijo Jen Psaki, que fue el último director de Comunicaciones del presidente Barack Obama.
“En una típica Casa Blanca, tu trabajo es supervisar el desarrollo de la estrategia y el mensaje y ver a la vuelta de la esquina las oportunidades y espinas en el horizonte”, dijo Pskai.
“En este caso, parece ser más una relación en la que Trump dicta tuits y declaraciones desde la Sala Oval, no una relación donde Hope y el equipo de comunicaciones presentan una estrategia para debatir y luego implementar".
Nuzzi, ahora corresponsal en Washington para la revista New York, le dijo a CNN que “no puedes juzgar a Hope Hicks de la misma manera en la que juzgas a un profesional típico de Relaciones Públicas”.
“La razón por la que ha soportado todo el proceso de contratación y despido y los escándalos públicos, los dramas privados y las puñaladas por la espalda, es porque es más inteligente que cualquier otra persona que haya pasado por la órbita de Trump”, resaltó Nuzzi.
Todo esto contribuye a la idea de que Hicks es un enigma.