Japón le pone un tope legal a la cultura del exceso de trabajo
El Parlamento de Japón aprobó este viernes una reforma de la ley laboral que pone un límite de 100 horas extra mensuales, destinada a poner fin a las excesivas jornadas de trabajo en el país asiático.
Esta revisión, que ya fue aprobada por la Cámara Baja del parlamento nipón a finales de mayo, incluye un tope legal de horas extra, pero exime a los profesionales con altos cargos y mayor cualificación de límites en sus jornadas laborales.
La nueva regulación buscaría terminar con una cultura laboral extrema, que lleva a situaciones como el karoshi , la muerte por exceso de trabajo, provocada por patologías como derrames cerebrales o ataques cardíacos.
El límite legal de horas extra se sitúa con la nueva ley aprobada hoy en 100 al mes y 720 al año, sobre la jornada habitual de 40 horas semanales.
Hasta ahora sólo existía una recomendación de que no se superaran las 80 horas extra al mes, una cifra que casi una cuarta parte de las corporaciones niponas reconocen no cumplir, según datos gubernamentales.
En el caso de las grandes compañías la norma entrará en vigor en abril de 2019, mientras que para las pequeñas y medianas empresas lo hará un año después.
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"La nueva legislación busca que los trabajadores puedan compaginar su vida laboral con el cuidado de los niños o los ancianos", afirmó el primer ministro nipón, Shinzo Abe, en declaraciones a los medios tras la aprobación de la ley.
La decisión de que la legislación exima a los altos cargos de límites en sus jornadas laborales ha suscitado las críticas por parte de la oposición, que argumentan que fomentará las horas extra no remuneradas.
Los trabajadores japoneses han recibido las nuevas medidas con escepticismo, con un 40% de los mismos argumentando que no creen que suponga una mejora en su situación laboral, según reveló una encuesta realizada por la agencia japonesa Kyodo el pasado mayo.
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La propuesta del gobierno de Abe se produjo tras conocerse el reciente suicidio de varios empleados del gigante nipón de la publicidad Dentsu, así como de un obrero que trabajaba en la construcción del nuevo estado olímpico de Tokio, casos que reabrieron el debate público sobre estas prácticas.
El Ministerio nipón de Sanidad reconoció la muerte en 2016 de 191 personas por karoshi, mientras que otro informe del Ministerio de Trabajo sitió en más de 2,159 el número de suicidios por causas relacionadas con el trabajo, 675 de ellas por cansancio.