Los países pobres ya sufren los estragos del cambio climático
(CNN)- "De cabeza" son las únicas palabras que Manush Albert Alben puede usar para describir la vida después del poderoso ciclón Idai. Casi dos semanas después de que el poderoso ciclón destruyera la mayor parte de la ciudad de Beira, en Mozambique, las cosas no están cerca de volver a la normalidad. "No hay dinero, no hay abarrotes", dijo Alben, pescador, sentado en su piragua de madera en una playa de la zona. "Estamos sufriendo, pero tratamos de aguantar".
Esta ciudad del siglo XIX solía ser famosa por su puerto dinámico y sus vistas del océano Índico; era la cuarta más grande del país. Ahora, Beira pasará a la historia por haber sido "borrada en un 90%" por el calentamiento global, de acuerdo con Graça Machel, luchadora por la libertad, política y vicepresidenta de The Elders, quien habló con CNN por teléfono tras una visita a la ciudad.
El ciclón Idai deja centenares de muertos en África. Estas son las imágenes
Aislamiento.
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Caos.
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Cientos de kilómetros cuadrados están bajo el agua; la superficie inundada es tan amplia que puede verse desde el espacio. Machel dice que cuando las aguas cedan por completo, Mozambique podrá contar los cadáveres.
El ciclón Idai es uno de los eventos climáticos extremos que han azotado la región recientemente y ha afectado a más de medio millón de personas, además de que ha llenado los campamentos humanitarios con decenas de miles de damnificados.
Se cree que el ciclo climático de El Niño de 2015-2016 fue el más intenso en 50 años y afectó gravemente la seguridad alimentaria del sur de África, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Las condiciones de clima seco en grandes partes de Zimbabue, Malaui, Zambia, Sudáfrica, Mozambique, Botsuana, Lesoto, Suazilandia y Madagascar provocaron que unos 32 millones de personas no tuvieran recursos para comprar comida en 2016.
Para 2018, la sequía, el crecimiento poblacional y el cambio climático casi causaron que Ciudad del Cabo fuera la primera ciudad del mundo en quedarse sin agua.
"[El ciclón Idai] es un trágico escaparate de lo que puede pasar en muchas otras ciudades con condiciones similares en países de ingresos bajos y medios", dijo a CNN Denis McClean, portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres. "Son vulnerables y están expuestas".
La desigualdad del cambio climático
El cambio climático suele describirse como un problema que afectará a las generaciones futuras . Sin embargo, los más vulnerables del mundo ya están haciendo frente a sus efectos devastadores.
Naciones Unidas estima que 4,200 millones de personas se han visto afectadas por desastres relacionados con el clima en las pasadas dos décadas y que los países de ingresos bajos son los que más pérdidas han reportado.
Muchos de los más pobres del mundo viven en las regiones ecuatoriales, que de por sí tienen temperaturas promedio altas. Esto significa que un aumento insignificante se puede sentir profundamente y puede tener impactos más agresivos, según un estudio de 2018 que se publicó en Geophysical Research Letter .
Por otro lado, la mayoría de los países ricos son los principales productores de emisiones porque queman combustibles fósiles y recurren a prácticas agrícolas modernas que generan emisiones causantes del cambio climático.
Por medio de proyecciones de modelos climáticos, los autores del estudio descubrieron que si las temperaturas promedio de la superficie terrestre rebasan el límite de 1.5 o 2 grados Celsius, establecido en el Acuerdo de París, países como Indonesia o la República Democrática del Congo sentirían los cambios del calentamiento global con mayor intensidad que países de latitudes mayores como Reino Unido.
"Los resultados son un grave ejemplo de la desigualdad que acompaña al calentamiento global", escribió el director del estudio, Andrew King , investigador del clima del Centro ARC de Excelencia para los Extremos Climáticos y de la Universidad de Melbourne, Australia.
Con esto no queremos decir que los países en desarrollo son inmunes a sus efectos.
El huracán Harvey, tormenta cuya intensidad se relacionó con el cambio climático, causó inundaciones de proporciones épicas en el verano de 2017 en Houston y los condados circundantes. Hubo que evacuar o rescatar a más de 120,000 personas y murieron unas 80.
Además, los análisis preliminares de los investigadores del Instituto para el Cambio Ambiental de la Escuela de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Oxford, descubrieron que es probable que el verano de 2018, inusualmente cálido y seco, haya estado relacionado con el cambio climático.
"Los países ricos como Estados Unidos [son] capaces de prepararse y de lidiar con problemas como el cambio climático mejor que los países más pobres", dijo Michael Oppenheimer, profesor de Geociencias y Asuntos Internacionales de la Universidad de Princeton, a Christiane Amanpour, de CNN.
En 2016, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos otorgó 48.3 millones de dólares al estado de Louisiana para apoyar la reubicación de la comunidad de Isle de Jean Charles, que perdió más del 97% de su territorio al mar a lo largo de los pasados 60 años.
"Sin embargo, en algunos lugares, los países más pobres han hecho un trabajo mejor que Estados Unidos. Pese a todo nuestro valor, a toda nuestra riqueza, nos hemos quedado dormidos al volante y eso se debe al mal liderazgo en el gobierno federal", agregó Oppenheimer.
Infraestructura en ruinas
Países como Mozambique y Bangladesh, cuyas ciudades costeras bajas y densamente pobladas están en el frente de batalla del cambio climático, han agonizado desde hace décadas por la cuestión del calentamiento global.
"Está bien claro que el aumento del nivel del mar y el calentamiento de las aguas contribuye a la intensificación de estos eventos climáticos", dijo McClean a CNN.
En Bangladesh, país en donde murieron al menos 1,200 personas y 41 millones más fueron afectadas por los monzones y las inundaciones en 2017 , se prepara para una batalla contra el cambio climático, de acuerdo con Ricardo Safra de Campos, investigador del Colegio de Ciencias de la Vida y el Medio Ambiente de la Universidad de Exeter.
El país ha construido refugios anticiclones y muros de contención en las costas, además de que ha invertido en sistemas de advertencia y predicción de ciclones e inundaciones. Sin embargo, sus esfuerzos están limitados por el dinero, de acuerdo con Safra de Campos.
Beira, que está bajo el nivel del mar, sabe bien lo que son las inundaciones. A las autoridades les preocupa esta ciudad, llena de asentamientos mal planeados. Antes de que la golpeara el ciclón Idai tenía defensas contra inundaciones.
Según el Banco Mundial , en 2012 se entregaron fondos para ayudar a la ciudad a construir estaciones de control de inundaciones y un gran vaso de retención de agua, así como para la restauración del sistema de drenaje y los canales pluviales.
Sin embargo, los vientos de 175 km/h y las lluvias que los acompañaron acabaron con las defensas de Beira y arrancaron los puentes de raíz, causaron el desbordamiento de los ríos y arrasaron con las casas.
Tormentas más intensas
"Los altos índices de pobreza, la falta de infraestructura resiliente, las barriadas y la desaparición de infraestructura protegida en países de ingresos bajos y medios" produce un coctel de riesgos, de acuerdo con McClean.
Sin embargo, los pueblos, las aldeas y las ciudades podrían no tener oportunidad de soportar la magnitud y la intensidad de los eventos climáticos extremos, que "han aumentado más o menos el doble en los pasados 40 años", dijo.
Cuando el supertifón Haiyan, que se volvió huracán categoría cinco por las altas temperaturas del océano, golpeó a Filipinas en 2013, se volvió una de las tormentas tropicales más intensas de la historia.
Los filipinos nunca habían visto nada parecido, de acuerdo con McClean. Los habitantes de la ciudad costera de Tacloban no podían siquiera describir la marejada de siete metros que acompañó a la tormenta.
"Simplemente no tenían palabras para explicar lo que les estaba pasando", dijo.
Aunque es muy pronto para medir la magnitud del ciclón Idai, la Organización Meteorológica Mundial de la ONU proyecta que podría estar entre los peores desastres relacionados con el clima en el hemisferio sur.
"Lo perdieron todo, incluso las referencias de su pasado y su legado cultural", agregó Machel. "El agua se llevó todo… [pero] el tejido social será el más difícil de reconstruir" aun después de que se repavimenten los caminos, lamentó.
La Comisión Económica de la ONU para África estima que Mozambique, Zimbabue y Malaui podrían haber perdido mil millones de dólares en infraestructura con el ciclón.
Con información de Anna Cardovilis en Mozambique y Duarte Mendonca en Londres.