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Cómo fue que un terrorista convicto se volvió ciudadano estadounidense

El caso del exyihadista Vallmoe Shqaire causa dudas sobre los procesos de verificación de antecedentes de EU y la eficiencia de la reacción de las corporaciones de seguridad.
sáb 27 abril 2019 09:01 AM
La tasa sobre el crecimiento anualizado de EU bajó a niveles de septiembre del 2010. (Foto: Thinkstock)

(CNN)- CNN se enteró de la historia de un exyihadista islámico —que purgó una condena en una prisión israelí por intentar hacer estallar una bomba en un autobús— que recibió la ciudadanía estadounidense y se le permitió quedarse en el país casi una década, mientras las autoridades federales investigaban sus antecedentes.

El caso de un terrorista convicto vuelto ciudadano estadounidense, de nombre Vallmoe Shqaire, suscita dudas no solo sobre cómo Shqaire pasó el proceso de verificación de antecedentes mejorado tras el 11-S, sino también sobre por qué las corporaciones de seguridad de Estados Unidos no actuaron más pronto una vez que se descubrió el engaño.

Las autoridades federales saben, al menos desde 2010, que Shqaire estuvo arrestado por un delito relacionado con un bombazo en Israel y purgó una pena de prisión. Según expedientes judiciales, desde principios de 2016 tienen huellas digitales que lo relacionan definitivamente con el acto terrorista, que cometió con el nombre de Mahmad Hadr Mahmad Shakir.

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"Alguien se equivocó", dijo Seamus Hughes, subdirector del Programa sobre Extremismo de la Universidad George Washington.

Según los oficios que se presentaron ante el tribunal federal de distrito en Los Ángeles, Shqaire, de 51 años, perpetró el ataque en Israel en 1988, "bajo instrucciones" de una célula de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), grupo al que el gobierno estadounidense consideraba organización terrorista en ese entonces. Pese a que estuvo convicto —cosa que le habría impedido siquiera entrar en Estados Unidos, ya no digamos volverse ciudadano estadounidense—, los documentos indican que la solicitud de Shqaire recibió aprobación y prestó juramento el 6 de noviembre de 2008, en los últimos días del segundo mandato de George W. Bush.

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En septiembre lo denunciaron por haber obtenido ilegalmente la ciudadanía estadounidense al ocultar sus antecedentes penales y sus relaciones pasadas.

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"Al ocultar su conducta terrorista violenta, el acusado evadió los procedimientos de los que depende nuestro sistema inmigratorio", escribieron los fiscales en un memorando sobre la sentencia.

Actualmente, Shqaire está libre bajo fianza y vive en la zona de Los Ángeles, en donde espera su sentencia, que se dictará el viernes, 26 de abril.

El caso de Shqaire es el segundo en el que un terrorista convicto recibe la ciudadanía estadounidense después del 11-S. Rasmieh Odeh , una habitante de la zona de Chicago, se declaró culpable en 2017 de haber obtenido la ciudadanía estadounidense ilegalmente al no haber revelado que la habían condenado en Israel por su participación en un par de bombazos, en uno de los cuales murieron dos personas. Odeh, quien recibió la ciudadanía estadounidense en 2004, perdió su ciudadanía y la expulsaron del país.

Un portavoz del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, una dependencia que combate el fraude migratorio y detecta amenazas de seguridad nacional, declinó responder preguntas detalladas sobre el procesamiento de la solicitud de Shqaire con el argumento de que su política es no hacer comentarios sobre asuntos que están en litigio.

En un comunicado, la portavoz dijo que, en parte, la dirigencia actual de la dependencia "ha mejorado el procedimiento de revisión y verificación de antecedentes de quienes buscan beneficios inmigratorios con el fin de asegurarse de que tengan derecho a ellos y de que no representen riesgo a la seguridad nacional".

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Un exfuncionario federal de migración, quien participó en el procedimiento de verificación de antecedentes en 2008, dijo a CNN que en ese entonces estaba en vigor una revisión de antecedentes obligatoria, en la que se habría detectado algo tan relevante como una condena a prisión por terrorismo, ya sea que el solicitante la declarara o no.

El funcionario, quien habló desde el anonimato dada la naturaleza políticamente delicada de los temas de inmigración, agregó que, no obstante, el sistema es tan bueno como la información de la que depende y que esa información proviene en parte de los gobiernos extranjeros. "Quién sabe si esto estaba ahí", dijo.

Shqaire declinó una entrevista para este artículo. Su abogado, Mark Werksman, dijo en una entrevista reciente que su cliente ha estado trabajando para un servicio de valet parking en el sur de California desde hace años y no representa amenaza alguna.

Werksman dijo en un memorando sobre la sentencia que sus mentiras a las autoridades inmigratorias estadounidenses fueron un intento mal encaminado por escapar del caos de Medio Oriente, hacia "la seguridad y la libertad que hay en comparación en la vida en Estados Unidos".

"El Sr. Shqaire no quería más que ser estadounidense y contribuir positivamente a la sociedad estadounidense", escribió el abogado.

Aunque condenaran a su cliente, el caso es una vergüenza para el gobierno, dijo Werksman, exfiscal federal de Los Ángeles.

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"En papel, mi cliente es un tipo muy malo", dijo a CNN. "Entonces, la pregunta es: ¿Cómo pasó esto?".

El expediente voluminoso de Shqaire en el tribunal federal de Los Ángeles abarca varias décadas y varios continentes. Hay referencias a la Guerra de los Seis Días entre Israel y sus vecinos, en 1967; al levantamiento palestino conocido como la Primera Intifada, que comenzó dos décadas después, y a las acusaciones de sometimiento a técnicas crueles de interrogación y a confesiones forzadas.

Shqaire, palestino de ascendencia jordana, dice que su familia, de 13 integrantes, terminó en un campamento para refugiados luego de la guerra entre Israel, Egipto, Jordania y Siria. Cuando era joven, en la década de 1980, la OLP lo reclutó y se volvió un agente violento de su célula Shabeba, según confesiones que obtuvieron oficiales militares israelíes.

Shqaire recibió entrenamiento con rifles y granadas y aprendió a construir bombas, según los expedientes. Habló del posible asesinato de un oficial de la inteligencia israelí y participó en golpizas de compatriotas palestinos que se sospechaba que colaboraban con los israelíes, lo que incluye un incidente en el que apuñalaron a un hombre, según los expedientes.

Los expedientes indican que en diciembre de 1988, Shqaire y un cómplice construyeron una bomba casera. El cómplice la puso en la ruta de un autobús israelí. Shqaire montaba guardia y le avisaría al otro hombre cuando el autobús estuviera dentro del rango del explosivo. La bomba explotó, pero nadie resultó herido. En los documentos no se explica por qué no hubo lesionados, pese a que la bomba detonó.

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Shqaire dijo, décadas más tarde, que sus confesiones habían sido producto de interrogatorios coercitivos y amenazas de parte de los miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel. Acusa que lo golpearon, lo sometieron a duchas de agua helada o hirviendo y lo mantuvieron "muchas semanas" en una celda oscura tan pequeña que "no podía ni siquiera estirar las piernas ni levantarme".

También acusó a las autoridades israelíes de arrestar repetidamente a su padre para intimidarlo, de dispararle por error a su hermano, creyendo que era él, y de echar a su familia de su casa y tapiarla con cemento.

Los fiscales federales estadounidenses presentaron un oficio en el que afirman que "dichas acusaciones no cuentan con el respaldo de los documentos judiciales oficiales que Israel presentó". No obstante, los fiscales dijeron que no dependerán de las presuntas confesiones de Shqaire para armar la estrategia en su contra.

Shqaire recibió una sentencia a diez años de prisión en Israel en 1991 por, entre otras cosas, colocar una bomba "con la intención de provocar daño o la muerte". Un tribunal militar de apelaciones redujo más tarde la sentencia a siete años. Liberaron a Shqaire tras haber servido cuatro años, cuando entraron en vigor los acuerdos de paz de Oslo de 1993 y los acuerdos subsiguientes.

Shqaire llegó a Estados Unidos en 1999 con una visa de turista, según los expedientes. Ese mismo año, se casó con una ciudadana estadounidense en uno de los llamados "matrimonios por residencia". Le pagó 500 dólares a su esposa, a quien conoció el día de la boda, según declaró la mujer más tarde a los investigadores federales.

Su intento de obtener la residencia a través del matrimonio falló cuando se divorció en 2002. Sin embargo, Shqaire se volvió a casar más tarde, ese mismo año. Esta vez, la unión duró más y pudo solicitar la residencia permanente. A lo largo del proceso, indicó que nunca lo habían arrestado y que no pertenecía a ningún grupo, según los expedientes.

En la etapa final de su búsqueda de la ciudadanía estadounidense, en 2008, una agente de inmigración lo interrogó bajo juramento en Los Ángeles. Una vez más omitió su encarcelamiento previo y sus lazos con la OLP.

Según los expedientes judiciales, la agente de inmigración que se encargó de la solicitud de Shqaire dijo que había confiado en que él "le había proporcionado respuestas completas y veraces" sobre su pasado y sus relaciones previas. En los documentos se establece que si así hubiera sido, ella habría solicitado más documentos. Sin embargo, ella aprobó su solicitud.

Dos años después, Shqaire llamó la atención de los investigadores federales sobre terrorismo, según documentos y entrevistas. Lo interrogaron sobre varias transferencias de dinero a la ciudad palestina de Ramala; en los expedientes judiciales se señala que el Equipo Conjunto de Combate al Terrorismo de Los Ángeles lo consideró "persona de interés" en 2011.

Nunca se presentó una denuncia contra Shqaire por las transferencias de dinero, pero lo condenaron por robo calificado en 2011 por su participación en un fraude con tarjetas de crédito. Lo sentenciaron a cinco años en una prisión estatal, misma que se suspendió; pasó cuatro meses en una prisión del condado, según los expedientes, y estuvo en libertad condicional durante cinco años.

Werksman, el abogado de Shqaire, dijo en una entrevista reciente que su cliente había estado sobregirando sus tarjetas de crédito porque quería empezar un negocio y que el dinero que estaba enviando al extranjero era para ayudar a su familia, no para algo terrible.

Mientras lo interrogaban en 2010, Shqaire reconoció que lo habían "arrestado y encarcelado en Israel en dos ocasiones diferentes", según los documentos en los que se relata la entrevista. Sin embargo, los fiscales afirman que les mintió a los investigadores en ese entonces cuando les dijo que lo habían arrestado por participar en una manifestación, no por terrorismo.

Según los expedientes, "declaró que en ese entonces era joven y estúpido, pero que influyó en él ver a los palestinos inocentes, hombres, mujeres y niños, heridos o muertos a manos de los israelíes". "Shqaire afirmó que nunca habría participado en estos acontecimientos si hubiera sabido cuáles serían las consecuencias". Según los expedientes, dijo que no recordaba si había revelado a los oficiales estadounidenses de inmigración que lo habían arrestado.

Las autoridades federales siguieron trabajando varios años tras bambalinas para desenterrar el pasado de Shqaire. Para 2013, habían obtenido actas certificadas de tribunales israelíes, relacionadas con su condena, y las entregaron a unos peritos traductores del hebreo al inglés. Los documentos traducidos se entregaron "sistemáticamente" a los agentes del Departamento de Seguridad Interior y a los fiscales a lo largo del tiempo.

En febrero de 2016, un perito del Departamento de Seguridad Interior pudo empatar las huellas que le tomaron a Shqaire cuando lo arrestaron en 2010 en California con las de su arresto en 1990 en Israel, bajo el nombre de Mahmad Hadr Mahmad Shakir.

Finalmente, en octubre del año pasado, unos agentes armados con una orden de cateo revisaron el departamento de Shqaire en el sur de Los Ángeles; lo arrestaron y lo acusaron de haber obtenido la ciudadanía estadounidense ilegalmente.

En enero llegó a un acuerdo con el que se enfrenta a la posibilidad de purgar una condena de prisión y accede a perder la ciudadanía y a que lo expulsen del país.

Werksman está buscando que lo sentencien a libertad condicional con el argumento de que la renuncia de Shqaire a su querida ciudadanía estadounidense y que lo expulsen del país "servirá de recordatorio de su error durante el resto de su vida".

El abogado presentó cartas de varios de los amigos de Shqaire, quienes lo describen como un hombre amable, generoso, un ejemplo a seguir y un mentor. Uno de sus antiguos jefes dijo que es un tipo "que simplemente quiere vivir su vida, andar en su moto, ir a la playa, no molestar a nadie".

Un joven compañero de trabajo contó que Shqaire, a quien se refirió con el apodo de Moe, es una persona que compra rutinariamente comida para las personas sin hogar y cuyas buenas obras "tienen un efecto dominó, influye en otros positivamente".

"El Moe al que usted ve hoy", escribió Joseph Sandoval al juez, "no debería ser juzgado igual que el Moe de hace muchos años".

Pese a que la infracción de Shqaire es relativamente menor según las pautas federales sobre sentencias, los fiscales le pidieron al juez que lo ponga tras las rejas durante 16 meses por lo que consideran un "ataque contra nuestro sistema inmigratorio".

Oren Liebermann y Michael Schwartz, de CNN, contribuyeron con este reportaje.

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