El caso Ibiza: un escándalo de corrupción tumba al gobierno de Austria

Un video en el que un político austriaco aparece ofreciendo contratos públicos a una supuesta millonaria rusa a cambio de financiación ilegal es el origen de una crisis política en el país europeo.
Futuro político. Sebastian Kurz, de 32 años, tiene aún el apoyo de gran parte de la población austriaca.

Un escándalo de corrupción conocido como el “caso Ibiza” provocó el derrumbe en Austria del gobierno del canciller conservador Sebastian Kurz.

Los legisladores austriacos votaron este lunes a favor de una moción de censura que pondrá fin al gobierno de Kurz, una semana después de convertirse en gobernante interino tras la filtración de un video grabado en la isla española.

Heinz-Christian Strache, líder del Partido de la Libertad (FPO, por sus siglas en inglés) y aliado político de Kurz, dimitió como vicecanciller tras la divulgación del video por parte de dos organizaciones de noticias alemanas. Reconoció que el video es "catastrófico", pero negó haber violado la ley.

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En el video, Strache presuntamente ofrecía contratos públicos a una supuesta millonaria rusa a cambio de financiación ilegal y de ayuda para ganar las elecciones. El vídeo fue grabado en Ibiza antes de las elecciones anticipadas de octubre de 2017, ganadas por Kurz y de las que salió la alianza entre populares y ultranacionalistas.

Kusrz dijo que la aparente trampa vista en el video pone fin a la alianza política.

"Es suficiente", dijo Kurz en un comunicado, en el que enumeró varios escándalos menores que previamente habían tensado su relación con la ultraderecha. Desde entonces, el FPO no dejó de atacar al político de 32 años, jefe de los conservadores del ÖVP.

El destino del político de 32 años, en el poder desde finales de 2017, quedó fijado este lunes cuando la formación de extrema derecha FPO, otrora su aliada, decidió votar a favor de una moción de censura contra Kurz junto a los socialdemócratas del SPÖ. Ambas formaciones sumaron una mayoría de 103 escaños en un hemiciclo de 183.

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"La moción de censura fue aprobada", constató la vicepresidenta del Parlamento, Doris Bures, tras la votación.

Hasta no hace mucho, los defensores de la derecha dura de Europa ponían a Kurz como modelo, por el gobierno que formó con la extrema derecha del FPÖ. Sin embargo, el escándalo de corrupción en el que se vieron sumidos sus socios ultraderechistas le acabó costando el puesto.

Kurz, el dirigente más joven de Europa, se convirtió en el primer canciller austriaco en ser derrocado por una moción de censura, y también en el que cumplió un mandato más breve, pese a gozar de una cota de popularidad alta.

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Un Ejecutivo de transición gestionará ahora al país hasta las elecciones anticipadas que, seguramente, se celebren en septiembre.

"Derribar a un gobierno meses antes de una elección es algo que pocas personas en este país pueden entender", dijo Kurz a los legisladores antes de la votación, presentándose como una fuerza de estabilidad tras el escándalo que afectó a su socio de coalición.

El presidente del país, Alexander van der Bellen, inició mismo la ronda de consultas con los líderes políticos para abordar la crisis política.

El mandatario insistió en los últimos días en su mensaje de calma y en afirmar que en la Constitución austríaca están definidos todos los mecanismos para proceder en este tipo de situaciones.

El ya excanciller ha defendido el trabajo realizado con los ultranacionalistas y la estabilidad en la coalición, tras décadas de alianzas con peleas internas entre socialdemócratas y conservadores, que sin embargo han llevado al país a ser uno de los más estables y prósperos de Europa y del mundo entero.

Los diecisiete meses de colaboración con los ultras han estado marcados por una reducción de los derechos de los inmigrantes y refugiados y por numerosos escándalos por declaraciones xenófobas y antisemitas de miembros del FPÖ.

El partido ultra, que controlaba las carteras de Defensa, Interior y Exteriores, además de Infraestructuras y Sanidad, fue acusado también de ataques a la libertad de prensa y de haber provocado que los servicios secretos aliados cortaran sus contactos con Austria, debido a la cercanía del FPÖ con Rusia.

El Ejecutivo de Kurz ha aprobado importantes reformas que aumentan las ayudas sociales a las clases medias, pero las reducen para familias monoparentales, refugiados o personas con ingresos más bajos.

Paradójicamente, la votación se produjo después de que el OVP de Kurz obtuviera el domingo el mejor resultado jamás logrado por un partido austriaco en unas elecciones europeas desde la adhesión del país en 1995, con entre el 34,9 y el 35,4% de los votos, según las proyecciones.

Según algunos analistas, la popularidad del jefe de los conservadores podría incluso verse reforzada de cara a las elecciones legislativas anticipadas convocadas para septiembre tras el estallido de este escándalo.

"En septiembre será el pueblo el que decida", dijo Kurz en su primera aparición pública tras ser destituido.

"Sigo estando aquí y lucharemos. El cambio que inicié hace dos años no se detendrá", agregó.

Según un reciente sondeo, una mayoría de austriacos apoya que el canciller siga en su puesto.

Con información de AFP, EFE y Reuters