Trump resta importancia a las pruebas de misiles de Corea del Norte

El presidente de Estados Unidos, que se encuentra de visita de Estado en Japón, dice que las pruebas balísticas de Pyongyang solo son una llamada de atención.
De gala. El presidente Donald Trump es el primer líder extranjero con quien se reune el nuevo emperador de Japón, Naruhito.

TOKIO (CNN) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se rehusó a retractarse de su valoración positiva sobre Corea del Norte el lunes, 27 de mayo; dijo que "personalmente no me molestan" las pruebas de misiles de corto alcance que el régimen llevó a cabo hace poco, pese a que sus anfitriones japoneses y su propio asesor de seguridad nacional piensan lo contrario.

Fue una ruptura notable en el despliegue agresivo de camaradería que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, organizó para Trump durante su visita de Estado en Tokio, que comenzó con una partida de golf y un torneo de sumo y continuó el lunes con una visita formal a los nuevos emperadores de Japón.

El despliegue de unidad tenía la intención de consolidar la alianza entre Estados Unidos y Japón; en una conferencia de prensa, el lunes, Abe insistió en que él y Trump estaban pensaban exactamente lo mismo respecto a la amenaza del gobierno norcoreano.

Sin embargo, momentos más tarde, la respuesta de Trump a una pregunta sobre las pruebas de misiles reveló una realidad diferente. Dijo que no creía que el lanzamiento de misiles de corto alcance violara las resoluciones de Naciones Unidas, postura que Japón sostiene.

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"Mi gente cree que podría haber una violación, como ya saben. Yo lo veo diferente", dijo Trump. "Lo veo como si se tratara de un hombre; tal vez quiere llamar la atención, tal vez no. ¿Quién sabe? No importa".

Por "su gente", Trump se refiere a su asesor de seguridad nacional, John Bolton, quien les dijo a los reporteros en una reunión informativa, el fin de semana, que las pruebas de misiles violan las resoluciones de la ONU . Trump se ha sentido cada vez más nervioso con su asesor radical en semanas recientes y se irrita con la impresión de que un subalterno lo está llevando a la guerra en Irán y en Venezuela.

Pese a todo, mientras salía de la conferencia de prensa, le dijo a Pamela Brown, de CNN, que confiaba en Bolton.

Trump dijo que estaba dispuesto a darle a Kim más oportunidades para llegar a un acuerdo para abandonar el programa nuclear de su país. Además, no se retractó de la valoración que hizo horas antes en Twitter sobre que Corea del Norte tenía razón en cuestionar la inteligencia del exvicepresidente Joe Biden.

"Kim Jong Un declaró que Joe Biden es un individuo de IQ bajo . Con base en sus antecedentes, probablemente lo sea. Creo que estoy de acuerdo con él en eso", dijo Trump en un ejemplo desconcertante más en el que el presidente de Estados Unidos se pone del lado de un autoritario violento e intenta atacar a sus rivales políticos, esta vez en suelo extranjero.

Trump hizo estas declaraciones sobre Corea del Norte minutos después de haber escuchado a los familiares de los ciudadanos japoneses que Corea del Norte secuestró hace décadas. Abe prometió presentar sus demandas ante Kim durante su propia cumbre y dijo que durante sus negociaciones, Trump se había comprometido a organizar dicho encuentro.

Tensiones comerciales

Parte de la razón por la que Abe está tan dispuesto a asegurar la amistad de Trump es que Japón depende de Estados Unidos en cuestiones de seguridad, particularmente en lo que concierne a Corea del Norte. Para Japón, toda prueba de misiles es una amenaza y Abe lo ha hecho patente en más de 40 llamadas telefónicas y reuniones a lo largo de los pasados dos años.

Sin embargo, en cuestiones relativas a Corea del Norte y al comercio, ha sido difícil discernir qué saca Abe de tanto esfuerzo. Esta semana, Trump mantuvo su postura optimista respecto a la reorientación de la relación comercial de Estados Unidos con Japón e insistió en que hay que reducir el déficit comercial de 68,000 millones de dólares. Ha ignorado las peticiones de Abe de eliminar los aranceles al acero y al aluminio pese a que retrasó seis meses la implementación de los nuevos aranceles a los automóviles, mientras se llega a un acuerdo.

Esta semana, dijo que los trabajos para un nuevo tratado comercial comenzarían hasta que se celebraran elecciones al Parlamento japonés en julio y el lunes agregó que lo más probable es que se hiciera algún anuncio en agosto.

Respecto al acuerdo comercial con China, se mostró menos optimista, ya que sigue la guerra arancelaria con Estados Unidos luego de que fracasaran las negociaciones a principios de mayo.

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"No estamos listos para llegar a un acuerdo", dijo Trump en Tokio antes de decir que se sentía optimista de que tarde o temprano la situación se resolvería.

"Creo que tendremos un acuerdo con China en algún momento", dijo Trump.

Pompa real

La visita de Estado de esta semana tenía la intención de extender la amistad de Trump y Abe y contó con toda la ceremonia que se sabe que a Trump le encanta.

Tras un día de acercamiento diplomático masculino informal—que incluyó golf, sumo y una cena hibachi ), los eventos del lunes fueron más majestuosos y formales.

En una ceremonia al aire libre, en el Palacio Imperial, Trump estrechó la mano del emperador Naruhito y su esposa; reinó la calidez en la reunión del primer líder extranjero con el nuevo monarca.

"¿Cómo está? Muchas gracias", gesticuló Trump mientras se acercaba al emperador y a la emperatriz, quienes estudiaron en universidades occidentales y hablan inglés.

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Más tarde, Trump estuvo a solas en un podio pasando lista a una fila acorde a las tradiciones de la familia real.

La Casa Blanca señaló que las parejas intercambiaron regalos: una viola y una partitura de parte de Trump para el emperador, quien toca ese instrumento, y un juego de escritorio tallado en madera de un árbol de Harvard Yard para la emperatriz, quien estudió ahí.

El emperador Naruhito asumió el trono del crisantemo a principios de mayo. Tiene 59 años, estudió en Oxford y tiene un interés académico en las vías fluviales y marítimas; su reinado anuncia el comienzo de la era Reiwa en Japón, un momento histórico para la monarquía más antigua del mundo.

La constitución de Japón, redactada por Estados Unidos, despojó al emperador japonés de su poder político tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el monarca tiene una función simbólica muy poderosa en un país muy arraigado en sus tradiciones.

Barack Obama recibió duras críticas al hacer una reverencia muy profunda al emperador Akihito, muestra de deferencia que sus oponentes políticos consideraron indigna de un líder estadounidense. Cuando Trump se reunió con Akihito, en 2017, lo saludó con una inclinación de la cabeza y un apretón de manos, gesto que repitió el lunes al saludar al hijo de Akihito.

La costumbre dicta que los invitados japoneses no deben tocar a la pareja real, pero es una práctica común para los líderes extranjeros que llegan de visita.

A diferencia de otras familias reales, el emperador japonés solo puede ser hombre. Cuando las mujeres de la familia real se casan, las obligan a renunciar a sus títulos y se vuelven plebeyas. La emperatriz Masako, esposa de Naruhito, comenzó una carrera diplomática antes de formar parte de la familia real a través del matrimonio.