El principal contendiente, Boris Johnson , está en el extremo más radical de las posturas ante la salvaguardia. Para él, lo ideal sería deshacerse de ella. Johnson dice que si no hay cambios considerables, sacará a Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre, haya acuerdo o no.
El aliado más cercano de Johnson en la campaña por el brexit de 2016, Michael Gove, también se está postulando. Al igual que Johnson, cree que la prioridad de la Unión Europea es lograr que se apruebe un acuerdo para evitar el caos. A diferencia de Johnson, se ha negado a comprometerse a salir de la Unión Europea el 31 de octubre, sin importar si hay acuerdo o no.
Pasa lo mismo con Jeremy Hunt. Dice que no le asusta que no haya acuerdo, pero cree que puede formar un equipo que convenza a la Unión Europea que lo que más le conviene es cambiar la salvaguardia.
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¿Por qué confían estos candidatos en que pueden hacer cambiar de parecer a la Unión Europea? Por dos razones.
La primera es que creen que la Unión Europea quiere evitar a toda costa que no haya acuerdo. Y, siendo justos, las pruebas respaldan este razonamiento. Los líderes de la Unión Europea han permitido dos prórrogas al brexit y se han adaptado a la política caótica de Reino Unido.