Todo tiene que ver con el brexit
Muchas cosas han cambiado desde octubre. Para empezar, el acuerdo de May todavía no está muerto y su liderazgo se acerca a su conclusión. El brexit no se ha cumplido, lo que significa que hay varias opciones a negociar una vez más. Para muchos conservadores, esto significa la posibilidad de un brexit más duro o incluso abandonar la Unión Europea sin acuerdo, cosa que May no estaba dispuesta a hacer.
Los partidarios del brexit creen que a Johnson le bastará dejar que el tiempo se agote y no pedir una prórroga para el brexit. Lo más importante es que piensan que la Unión Europea cree que lo haría.
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También creen que Johnson es el único conservador lo suficientemente carismático como para enfrentar los desafíos electorales que esperan al partido en este momento. Jeremy Corbyn, del opositor Partido Laborista, está apostándole a que haya elecciones y que con el caos que reina en el Partido Conservador, será fácil eliminarlos. Además, los conservadores se enfrentan a una nueva amenaza electoral: el nuevo partido por el brexit de Nigel Farage. Entre más tarde el brexit en concretarse, más apoyo obtendrá este nuevo grupo que respalda abiertamente la salida de la Unión Europea sin acuerdo.
Definitivamente es un riesgo. El Partido Conservador está muy dividido y muchos de sus miembros creen que Johnson no es apto para el cargo. Algunos de los parlamentarios lo consideran perezoso e indigno de confianza. Además, ser popular entre los parlamentarios conservadores es muy diferente a ser popular con el pueblo en general, especialmente entre los votantes partidarios de la permanencia.
Esto podría resultar muy contraproducente para los conservadores y, a final de cuentas, darle las llaves de la casa de gobierno a Corbyn, hombre al que consideran un riesgo para la seguridad nacional. Pero desafortunadamente para ellos, su torpeza al lidiar con el brexit les ha dejado muy pocas opciones.