"No sabemos qué sucedió entre un mojito y otro. Han abierto una crisis en la playa, y la estamos trayendo al Parlamento porque es el lugar democrático para debatir", declaraba hoy el líder del M5S, Luigi Di Maio, acerca de su hasta ahora socio de gobierno.
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Y es que Salvini ha ido dirigiendo la crisis, desde que el 9 de agosto llamó a convocar elecciones para capitalizar los buenos resultados que le dan las encuestas desde la playa, junto al mar, subido a motos acuáticas, bailando y bebiendo mojitos, como ha quedado bien documentado en las fotos y vídeos colgados en sus redes sociales para deleite de sus admiradores.
"Salvini está desesperado. Espero que se abra en la Liga un debate sobre el desastre que ha provocado en pocos días y en total autonomía", continuó Di Maio en la reunión celebrada hoy con el grupo parlamentario del M5S.
El órdago de Salvini, que aspiraba convertirse en primer ministro, se le volvió en seguida en contra cuando tanto su socio antisistema como el opositor Partido Democrático (PD, centroizquierda) rechazaron poner a votación la semana pasada la moción de censura.
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Y más aún cuando empezaron a oírse voces a favor de formar una nueva mayoría parlamentaria entre estos dos partidos, que sí suman, para horror del dirigente ultraderechista.
Destacados miembros del PD, incluido su antiguo líder y ex primer ministro Matteo Renzi, se han mostrado favorables a esta opción, a pesar de que sus diferencias irreconciliables impidieron una coalición el año pasado tras las elecciones, no así el actual líder, Nicola Zingaretti.