Bellamak dijo que mentir puede afectar a las mujeres. "Es como exigir que te sometas a una humillación ritual para tener acceso a atención médica", dijo. "Las mujeres tienen que fingir que están mentalmente inestables y los médicos tienen que fingir que les creen".
Un proceso prolongado
Según la ley neozelandesa actual, la mujer tiene que asistir a al menos tres citas antes del aborto: una con un médico regular y luego, dos con médicos designados. La cantidad de citas puede aumentar si el primer médico es objetor de consciencia, lo que significa que hay que encontrar otro médico que las remita.
Dylan, quien pidió que se usara un seudónimo para proteger su privacidad, se sometió a un aborto en 2010 y sigue molesta porque el proceso tardó mucho.
Dylan ahora tiene 31 años y trabaja como maestra en Melbourne, Australia. En ese entonces tenía una relación, pero no quería tener un bebé. "Simplemente no quería embarazarme lo más pronto posible", cuenta. Dylan tuvo que soportar las náuseas matutinas y la fatiga mientras esperaba el procedimiento. "Es muy frustrante estar embarazada cuando no quieres estar embarazada".
No obstante, Dylan tuvo la suerte de tener el apoyo de sus amigos, una familia de mente abierta y de vivir en la capital, Wellington, en donde hay servicios de aborto.