Ambas crisis reflejan las tendencias que mueven a la presidencia de Trump, entre ellas los estándares cuestionables de confianza, transparencia y veracidad, el enfoque hiperpolítico respecto a la política exterior y la personalidad impulsiva de un comandante supremo que actúa por instinto y que acepta pocos límites a su poder.
Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts y precandidata demócrata a la presidencia, cuestionó el domingo la oportunidad del ataque a Soleimani.
Cuando le preguntaron, en el programa State of the Union, si creía que Trump estaba tratando de crear una distracción de su juicio político en el Congreso, Warren respondió: "Creo que es una pregunta razonable, particularmente cuando la administración, inmediatamente después de haber tomado esta decisión, dio un montón de explicaciones contradictorias sobre lo que está pasando".
Uno de los rivales de Warren por la candidatura demócrata, el ex vicepresidente Joe Biden, advirtió que los tuits y las amenazas de Trump reflejan su falta de aptitud para ser comandante supremo. Además, dijo que él era el candidato más adecuado para reemplazarlo.
"Necesitamos brindar un liderazgo sólido, estable y experimentado. Con todo respeto, creo que soy el mejor preparado de todos los que se están postulando a la presidencia en este momento", dijo Biden en un evento en Des Moines, Iowa.
Sus comentarios dejaron ver que la repentina intensificación de la crisis con Irán, así como las tensiones que probablemente no menguarán pronto, podrían surgir como uno de los temas más importantes en la precampaña demócrata y podrían servir de oportunidad para quien resulte candidato demócrata a la presidencia.