Los bonos M, emitidos por el gobierno y que ofrecen un rendimiento nominal fijo, se benefician de los recortes de Banxico a la tasa de referencia y es que los instrumentos de deuda tienen una relación inversa entre su tasa y su precio: el recorte de la tasa de referencia (que inició en mayo de 2024 y que ha pasado de 11.25%, la máxima registrada a 8.5%) obliga a estos instrumentos a bajar su tasa, lo que hace que su precio aumente, explica Ramsé Gutiérrez, vicepresidente y codirector de inversiones de Franklin Templeton.
Así, los inversionistas que adquirieron estos instrumentos cuando las tasas estaban en su punto más alto hoy ven esos rendimientos en su portafolio.
“Banxico ha empezado a bajar tasas de una manera relativamente agresiva ante una inflación que está más o menos controlada”, dice Gutiérrez. A pesar de que la inflación sigue fuera del objetivo puntual del 3%, se mantiene dentro del rango tolerado entre 2% y 4% (3.93% en abril), lo cual le da espacio al banco central para flexibilizar la política monetaria sin comprometer la estabilidad de precios.
A diferencia de instrumentos de muy corto plazo, como los Cetes a 28 días, los bonos tienen una duración mayor, lo que significa que son más sensibles a los movimientos en las tasas de interés. Cuanto más tiempo falte para que el bono venza, mayor será esta sensibilidad en el precio. Además, estos instrumentos pagan intereses, llamados cupones, de manera periódica, normalmente cada seis meses.
Así, quienes tienen estos bonos ganan por partida doble: cupón y precio. A diferencia de un cete, que paga un rendimiento fijo al vencimiento y no se beneficia de estos movimientos en tasas, los bonos de mayor duración permiten aprovechar mejor los cambios en la política monetaria, explica Juan Lozada subdirector de Análisis de Mercados de Banamex.
Pero si los bonos M se han revalorizado, los Udibonos han brillado aún más. Estos instrumentos ajustan tanto el capital como los intereses con base en la inflación medida por las Unidades de Inversión (UDI), lo que les permite mantener su valor real a lo largo del tiempo.
“El Udibono es una joya del mercado mexicano que casi nadie aprecia. Cualquier sorpresa inflacionaria se agrega a tus intereses y a tu capital”, comenta Gutiérrez. A medida que la inflación se ajusta, el valor del capital e intereses también sube.
La demanda por estos instrumentos también se ha visto impulsada por la incertidumbre económica. Factores como las tensiones comerciales con Estados Unidos y una desaceleración económica más pronunciada de lo previsto han elevado la aversión al riesgo y los bonos del gobierno mexicano ofrecen una combinación atractiva de seguridad, liquidez y rendimiento.