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La indignación por el derribo de un avión ucraniano crece dentro y fuera de Irán

Las vigilias por las víctimas del accidente se convirtieron en manifestaciones antigubernamentales, donde la demanda de la renuncia del ayatolá Alí Jamenei crece.
lun 13 enero 2020 02:01 PM

Helen Regan

La Policía antimotines iraní usó gases lacrimógenos para dispersar a miles de manifestantes en la plaza Azadi de Teherán el domingo, 12 de enero, mientras aumenta la furia por el derribo accidental de un avión ucraniano de pasajeros. .

Las protestas comenzaron cuando las vigilias para llorar a las víctimas del accidente se transformaron en manifestaciones antigobierno masivas. Cundieron los llamados a que el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, deje su cargo y que se juzgue a los responsables del derribo del avión.

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"Muerte al dictador", coreaban algunos de los manifestantes en la capital, Teherán, según se ve en imágenes que se publicaron en redes sociales. En uno de los videos, se ve a los manifestantes corear: "Jamenei, ten vergüenza. Vete del país".

Jamenei ha ocupado el cargo desde hace tres décadas y su mandato no tiene fecha límite.

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En los videos que circulan en redes sociales se ve a los manifestantes en Teherán tosiendo y huyendo de los gases lacrimógenos mientras las autoridades aparentemente detienen a algunos manifestantes; otros les gritaban a los policías que los liberaran.

El avión de Ukraine International Airlines al que derribaron llevaba pasajeros de todo el mundo, pero en Irán, muchas personas consideran que este incidente es una tragedia particularmente interna. A muchas personas les enfurece que el gobierno haya matado a su propia gente, ya que la mayoría de los pasajeros eran ciudadanos iraníes y gente de ascendencia iraní.

En un video de las protestas que se publicó en redes sociales y que CNN no pudo verificar independientemente, se podía oír que algunos manifestantes gritaban: "Mataremos a quien haya matado a nuestros hermanos".

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La imagen de un país unido

Según reportes de Reuters, las protestas se han esparcido a otras ciudades como Shiraz, Isfahán, Hamadán y Urmía, lo que deja de manifiesto el descontento generalizado con el régimen.

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Las multitudes iracundas marcaron una diferencia respecto a la imagen de un país unificado en duelo luego de la muerte del máximo comandante Qasem Soleimani , quien cayó en un ataque de un dron estadounidense en Bagdad, Irak, a principios de enero.

Tras su muerte, decenas de miles de personas salieron a las calles de Teherán portando fotos del personaje venerado y poderoso y coreando "muerte a Estados Unidos".

La reverencia generalizada a Soleimani , quien era prácticamente un personaje de culto en el país, parecía haber unido a los iraníes de toda filiación política en contra de Estados Unidos.

Sin embargo, se reportó que en las protestas del fin de semana, la gente arrancó los carteles de Soleimani, según Agence France-Presse.

Las fuerzas de seguridad se desplegaron en zonas clave de la capital a lo largo del fin de semana, incluso en la plaza Azadi, cerca de la Universidad Sharif; en la plaza Enghelab (revolución), cerca de la Universidad de Teherán, y en la plaza Ferdowsi.

Policías antimotines patrullaban las calles acompañados de cañones de agua y vehículos negros que suelen usarse como centros de detención móviles.

Sin embargo, los manifestantes lucían decididos por su furia y pusieron a prueba los límites y la paciencia del régimen iraní, famoso por suprimir toda disidencia, a menudo violentamente.

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En noviembre pasado, miles de iraníes salieron a las calles en ciudades de todo el país para protestar contra el gobierno por el aumento al precio del gas. El gobierno reaccionó con la interrupción del servicio de internet y desató lo que Amnistía Internacional catalogó de "represión sangrienta" . La organización activista por los derechos humanos estimó, con base en "reportes creíbles", que habían muerto al menos 208 manifestantes en 21 ciudades. Naciones Unidas señaló que tenía pruebas en video de que las fuerzas de seguridad iraníes estaban "disparando a matar".

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuiteó su apoyo a los manifestantes y lanzó advertencias a Irán en una serie de tuits a lo largo del fin de semana: "No asesinen a sus manifestantes".

"Ustedes han asesinado o encarcelado a miles y el mundo está atento", dijo Trump en su tuit, mismo que volvió a publicar en farsi poco después.

Presión interna y del exterior

Durante una sesión del Parlamento iraní abierta al público, el domingo, 12 de enero, el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní, Hossein Salami, ofreció disculpas por haber derribado accidentalmente el avión ucraniano y pidió perdón.

"Cometimos un error. Algunos de nuestros compatriotas se volvieron mártires por nuestro error, pero fue sin intención", dijo Salami. "En toda mi vida no he sentido tanto arrepentimiento como ahora. Nunca".

"Desearía haber ido a bordo y haberme quemado con ellos", prosiguió.

Hasán Rohaní, presidente de Irán, dijo que su país "lamenta profundamente este error desastroso" y manifestó "sus condolencias a todas las familias dolientes".

Irán negó las acusaciones de Estados Unidos respecto a que habían derribado el avión antes de reconocer que habían cometido un error, el domingo.

Las disculpas no sirvieron de mucho para sofocar las protestas y mientras la dirigencia iraní se enfrenta a la oposición de su pueblo, sigue creciendo la presión internacional para que el régimen investigue el accidente y se haga rendir cuentas a los responsables.

Entre las víctimas del avión derribado estaban 57 canadienses; el primer ministro de ese país, Justin Trudeau, dijo en una conferencia de prensa, el sábado, 11 de enero, que "Canadá no descansará hasta que se rindan cuentas, se haga justicia y se dé el cierre que las familias se merecen".

Irán también fue blanco de nuevas críticas el sábado por el arresto temporal del embajador de Reino Unido, Rob Macaire. Según Tasnim, la agencia noticiosa semioficialista iraní, arrestaron a Macaire porque estaba entre los manifestantes en un mitin frente a la Universidad Amir Kabir en Teherán. Lo acusaron de instigar y dirigir manifestaciones radicales y destructivas y más tarde lo liberaron. Macaire dijo en Twitter que no estaba participando en ninguna manifestación y que estaba presentando sus condolencias a las víctimas del avión ucraniano derribado.

Dominic Raab, secretario del Exterior de Reino Unido, dijo que el arresto de Macaire había sido "una violación flagrante al derecho internacional", sentir del que hicieron eco las cancillerías alemana y francesa.

Luego de la liberación de Macaire, los manifestantes el domingo se reunieron afuera de la embajada británica en Teherán; hay videos en los que se ve a los manifestantes portando imágenes de Soleimani y quemando banderas británicas.

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Por otro lado, el líder supremo, Alí Jamenei, culpó el domingo a la "presencia corruptora de Estados Unidos y sus seguidores" de la "actual situación turbulenta" y ha llamado a que se fortalezcan los lazos entre los países de la región.

"La situación actual en la región exige, más que nunca, el fortalecimiento de las relaciones entre los países de la región, así como evitar la influencia de las inducciones de los extranjeros", dijo Jamenei, luego de una reunión con el líder de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al Zani.

Horas antes del desastre aéreo, Irán disparó misiles contra bases militares iraníes que albergaban a soldados estadounidenses en represalia por el ataque contra Soleimani. Mientras crecían las tensiones en la región, el domingo, ocho cohetes Katyusha cayeron en la base aérea de Balad, al norte de Bagdad, Irak. Cuatro oficiales de la fuerza aérea iraquí resultaron heridos, según declaraciones de las fuerzas armadas iraquíes. No había soldados estadounidenses ni de la coalición en la base, según declaró un oficial militar estadounidense a CNN.

Sheena McKenzie, Madeline Holcombe, Artemis Moshtaghian, Joshua Berlinger y Hande Atay Alam, de CNN, contribuyeron con este reportaje.

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