En los informes se señala, además, que aunque la aeronave iraní no respondió a las advertencias de los buques de combate estadounidenses, la tripulación no habría estado monitoreando los canales en los que se transmitieron.
El capitán del USS Vincennes estaba recibiendo informes de que una aeronave no identificada, a la que detectaron por radar, no estaba respondiendo a las llamadas. También le dijeron, incorrectamente, que podía tratarse de un F-14 iraní.
Si la aeronave no identificada hubiera llevado esos misiles Maverick, el capitán habría tenido menos de cinco minutos para decidir si su nave estaba en peligro, según el informe estadounidense.
Con base en una normativa que se emitió luego del ataque con misiles contra el USS Stark, el año anterior —diseñada para pecar de cautelosos para proteger vidas estadounidenses—, el capitán del Vincennes dio la orden de disparar.
Siete minutos después de despegar, el Airbus A300 de Iran Air recibió el impacto de misiles superficie-aire disparados desde el crucero estadounidense.
Más tarde, las fuerzas armadas estadounidenses lo catalogaron de "accidente trágico y lamentable".
Irán demandó al gobierno estadounidense ante la Corte Penal Internacional en 1989. Estados Unidos e Irán acordaron, en 1996, llegar a un arreglo en el que Estados Unidos pagó millones de dólares a los familiares de las víctimas por daños y perjuicios.